miércoles, enero 24, 2007

PREVENIR LA OBESIDAD INFANTIL

Por la mañana, ¡Un buen Desayuno!

Procura desayunar todas las mañanas con tus hijos. Rendirán mejor durante el día y les ayudarás a prevenir la obesidad. Un buen desayuno debe incluir un lácteo (leche, yogur, queso), un cereal (pan, galletas…), mermelada o miel, frutas o zumo y, en ocasiones, jamón o fiambre.

¡Haz que se muevan!
Fomenta en ellos la actividad física dentro de sus hábitos como un juego más y participa con ellos en actividades al aire libre.

CON UN BUEN DESAYUNO ¡DA EL PRIMER PASO PARA LA ALIMENTACION SALUDABLE DE TUS HIJOS!

A continuación compartimos información sobre la Campaña para la Prevención de la Obesidad Infantil de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria:

MINISTERIO DE SANIDAD Y CONSUMO

  • Una alimentación y nutrición adecuadas son importantes en todas las etapas de la vida, pero particularmente durante la infancia.
  • La infancia es un periodo crucial para actuar sobre la conducta alimentaria, ya que las costumbres adquiridas en esta etapa van a ser determinantes del estado de salud del futuro adulto. El niño obeso tiene una alta probabilidad de que se convierta en un adulto obeso.
  • El desayuno es una de las tomas del día más importante y debería cubrir, al menos, el 25% de las necesidades nutritivas del escolar, el 8% de los niños españoles acuden al colegio sin haber desayunado.
  • Una combinación de actividad física regular, variedad de alimentos en la dieta e interacción social amplia puede dar como resultado una mayor longevidad y un envejecimiento sano de la población.
  • La alimentación poco saludable y no practicar actividad física con regularidad son las principales causas de las enfermedades crónicas más importantes, y ambas son susceptibles de modificarse.
  • La obesidad puede llegar a reducir la esperanza de vida de una persona hasta en diez años.

PREVENIR LA OBESIDAD INFANTIL: Razones de “peso”

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. Más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesas.

La preocupación por la prevalencia que la obesidad está adquiriendo a nivel mundial se debe a su asociación con las principales enfermedades crónicas de nuestro tiempo, como son las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer. La obesidad coadyuba a engrosar las cifras de morbilidad y mortalidad por estas enfermedades.

De los diez factores de riesgo identificados por la OMS como claves para el desarrollo de las enfermedades crónicas, cinco están estrechamente relacionados con la alimentación y el ejercicio físico. Además de la ya mencionada obesidad, se citan el sedentarismo, hipertensión arterial, hipercolesterolemia y consumo insuficiente de frutas y verduras.

Como puede verse, la alimentación poco saludable y no practicar actividad física con regularidad son las principales causas de las enfermedades crónicas más importantes, y ambas son susceptibles de modificarse.

En los adultos, la obesidad está asociada también a otras patologías, como las enfermedades respiratorias y la artrosis. Pero es en los niños y adolescentes donde el problema se hace más grave ya que, de no tomar medidas a tiempo sobre sus hábitos, hay una alta probabilidad de que el niño obeso se convierta en un adulto obeso. En la población más joven las enfermedades asociadas a la obesidad incluyen la hipertensión arterial, hiperinsulinemia, dislipemia, diabetes mellitus tipo 2, agravamiento de enfermedades respiratorias como el asma, así como problemas psicosociales.

Todas las enfermedades descritas anteriormente acortan la vida. La obesidad puede llegar a reducir la esperanza de vida de una persona hasta en diez años.

Situación actual y tendencia en España

La prevalencia de la obesidad (especialmente en la infancia, donde alcanza cifras alarmantes) y su tendencia ascendente durante las dos últimas décadas, han hecho que también se afiance en España el término de “obesidad epidémica”.

En la población adulta española (25-60 años) la prevalencia de obesidad es del 14,5% mientras que el sobrepeso asciende al 38,5%. Esto es, uno de cada dos adultos presenta un peso superior a lo recomendable. La obesidad es más frecuente en mujeres (17,5%) que en varones (13,2%). También se ha observado que la prevalencia de obesidad crece conforme aumenta la edad de las personas, alcanzando cifras del 21,6% y 33,9% en varones y mujeres de más de 55 años, respectivamente.

Más preocupante es el fenómeno de obesidad en la población infantil y juvenil (2-24 años), situada ya en el 13,9%, y la de sobrepeso, que está en el 12,4%. En este grupo de edad la prevalencia de obesidad es superior en varones (15,6%) que en mujeres (12%). Las mayores cifras se detectan en la prepubertad y, en concreto, en el grupo de edad de 6 a 12 años, con una prevalencia del 16,1%.

En comparación con el resto de países de Europa, España se sitúa en una posición intermedia en el porcentaje de adultos obesos. Sin embargo, en lo que se refiere a la población infantil, nuestro país presenta una de las cifras más altas, sólo comparable a las de otros países mediterráneos. Así, en los niños españoles de 10 años la prevalencia de obesidad es sólo superada en Europa por los niños de Italia, Malta y Grecia. El número de niños obesos en nuestro país ha experimentado un aumento preocupante en la última década, provocado por los hábitos alimentarios y sendentarios.

Importancia del desayuno.

En esta campaña se va a intentar promover el desayuno, por las siguientes razones:

Es preocupante que el 8% de los niños españoles acudan al colegio sin haber desayunado. Se ha demostrado que la prevalencia de obesidad es superior en aquellas personas que toman un desayuno escaso o lo omiten.

Además, para el 19,3% de la población infantil y juvenil (1-24 años, ENS 2003) el desayuno consiste únicamente en un vaso de leche, mientras que para el 56% el vaso de leche se acompaña de algún hidrato de carbono (pan, galletas, etc.). Sólo un 7,5% de los niños toman un desayuno equilibrado compuesto por leche, fruta o zumo e hidratos de carbono.

Las prisas por llegar a la escuela y la somnolencia de los primeros momentos de la mañana, en ocasiones impiden realizar la primera comida del día correctamente, lo que puede provocar una disminución de la atención y del rendimiento en las primeras horas de clase. La familia debe tratar de organizar su tiempo para que el escolar pueda disfrutar de un buen desayuno.

El desayuno es una de las tomas del día más importante y debería cubrir, al menos, el 25% de las necesidades nutritivas del escolar. El aporte energético del desayuno es de gran importancia, ya que permitirá lograr un adecuado rendimiento tanto físico como intelectual, en las tareas escolares y en el trabajo diario.

El desayuno admite una oferta de alimentos variada, pero para que tenga las mejores cualidades nutricionales debe incluir: un lácteo (un vaso de leche, un yogur, queso de cualquier modalidad); un cereal (preferiblemente pan, pero también copos de cereales, galletas, magdalenas, bizcochos,…); una grasa de complemento (preferentemente aceite de oliva, pero sin denostar la mantequilla, margarina…); una fruta o su zumo (cualquier variedad en estación y zumos naturales diversos); mermeladas, miel y, en ocasiones, jamón u otro tipo de fiambre.

Una propuesta saludable para prevenir la obesidad infantil

  • Comer de todo. Una alimentación variada y equilibrada es una alimentación sana.
  • Desayunar siempre y de forma más completa posible.
  • Cereales (pan, pasta, arroz…), patatas y legumbres son alimentos básicos y tienen que formar parte de nuestra dieta diaria.
  • Moderar el consumo de grasas, especialmente las de origen animal.
  • Tomar todos los días frutas, verduras y hortalizas.
  • Moderar el consumo de productos ricos en azúcar como las golosinas, los dulces y los refrescos.
  • Reducir la sal en las comidas y utilizar, preferentemente, sal yodada.
  • Hacer todos los días ejercicio físico. Caminar siempre que sea posible.
  • Involucrar a todos los miembros de la familia en los distintos aspectos relacionados con la alimentación: comparar, decidir el menú y cocinar.

¡Tú como padre o madre, eres una pieza clave en la educación de sus hábitos alimentarios!

Fuente: Ministerio de Sanidad y Consumo de España
Link: http://www.msc.es/campannas/campanas06/ObesidadInfant.htm

miércoles, enero 17, 2007

COMIENZA EL AÑO SALUDABLE

¡Empieza hoy a cuidar tu cuerpo!

Has trabajado duro todo el año, has tenido un montón de fiestas en el mes de Diciembre y ahora tu organismo necesita cuidados especiales para recuperarse. Olvídate de las imaginativas “promesas para el Nuevo Año” y céntrate en lo que realmente te limpiará y te restablecerá la energía …

Analicémoslo…

Todo lo que entra por la boca tiene que realizar su recorrido por los nueve metros que forman el “tubo digestivo”. Este viaje puede ser un viaje sencillo, en lugar de molesto, perceptible y lento.

¡Hemos creado un plan con diez puntos que se deberán seguir para la época posterior a las fiestas que debería ayudarte a volver a poner en forma el aparato digestivo!

A continuación un rápido resumen:

• simplifica el consumo
• mejora al máximo el consumo de nutrientes
• incrementa el consumo de fibra
• elimina las toxinas
• restituye las bacterias buenas
• come despacio y mastica bien
• come en intervalos regulares
• come cuando estés relajado
• saborea la comida
• fomenta la eficacia de la digestión con los suplementos apropiados

¡El hígado y los riñones trabajan más a la hora de eliminar las toxinas – es posible que hayan estado ocupados con los sabrosos alimentos de las fiestas, el alcohol y similares, por lo que será mejor que empieces hoy mismo y le prestes a tu organismo la atención que se merece!

Simplifica

El proceso digestivo utiliza mucha energía y nutrientes, por lo tanto, cuanta más cantidad se coma, más adormilado te sentirás después. Las comidas pesadas generan un caos digestivo y provocan molestias porque algunos alimentos son “formadores de ácidos”, mientras que otros son “formadores alcalinos” – generando sustancias químicas que entran en conflicto en el proceso de la digestión. ¡La solución consiste en hacer comidas más sencillas, menos copiosas, en intervalos regulares a lo largo del día, lo que ayudará a regular los niveles de energía y a evitar el malestar a la hora de hacer la digestión – un nutritivo batido Nutritional Shake Mix podría ser la solución perfecta!

Fomenta el consumo de nutrientes

Los alimentos elaborados, los productos con azúcar y harina refinadas son más difíciles de digerir – además de que carecen de muchos nutrientes. Para mejorar al máximo el consumo de nutrientes y ayudar a que el aparato digestivo funcione apropiadamente, incrementa el consumo de alimentos integrales naturales y de fruta fresca y verduras. Añade un sumplemento de calidad de vitaminas y minerales, como el complemento vitamínico Multivitamin Complex para garantizar que le proporcionas a tu organismo los principales minerales y vitaminas.

Fomenta el consumo de fibra

Los alimentos que se toman en las fiestas suelen ser elaborados, enriquecidos y carecen de la fibra que resulta muy beneficiosa para la salud – por lo que existirán más posibilidades de que sufras las molestias del estreñimiento. Las verduras y la fruta fresca o los frutos secos pueden ayudar al aparato digestivo; incrementar el consumo de
fibra proporcionará una mayor limpieza al intestino – ayudando al organismo a eliminar las toxinas. La fibra soluble se encuentra en la avena, el centeno, la fruta, las verduras, los salvados y las leguminosas en grano, también ayuda a la absorción de la glucosa,
evitando las pérdidas de energía, por lo que además te sentirás con más fuerzas! Asegúrate de que tomas la cantidad suficiente de fibra incluyendo un suplemento de fibra de calidad como Fibra y Hierbas.

Renuévate

Comer demasiado en la temporada de las fiestas no es bueno. ¡Algunos además tienden a consumir más bebidas alcohólicas de lo normal! Al igual que el té y el café, el alcohol produce deshidratación,
ralentiza el proceso de la digestión, presiona el hígado y exige demasiado a los riñones.
Afortunadamente, muchos alimentos contienen agua – especialmente los productos frescos – por este motivo, llena tu plato de ensalada o verduras y disfruta de un desayuno a base de fruta que te ayude a limpiar el intestino. Un organismo bien hidratado elimina de manera eficaz las toxinas, por lo que realmente no necesitarás tomar los famosos 6-8 vasos de agua diarios. Si no te gusta beber agua sola, mézclala con el refrescante sabor del Herbal Concentrate.

Buenos frente a malos

Los alimentos que se toman en las fiestas, ricos en azúcar, sal y en carbohidratos pueden trastocar el equilibrio bacteriano de la zona digestiva, permitiendo que proliferen las bacterias malas o poco amistosas. Necesitamos las bacterias buenas para descomponer
los alimentos, producir las vitaminas B y apoyar a nuestro sistema inmunológico. ¡Los alimentos ricos en fibras ayudan a restituir el equilibrio y a reponer las bacterias buenas, otra razón por la que deberás llenar tu plato de productos frescos!

Come despacio

¡Masticar los alimentos de manera apropiada realmente ayuda a satisfacer el apetito produciendo aproximadamente 1,7 litros de saliva al día! La saliva tiene un efecto lubricante sobre los alimentos y contiene encimas que descomponen los carbohidratos, además de que desinfecta los contenidos de la boca – el no Masticar lo suficiente
reduce estas importantes funciones. ¡La personas que comen rápido, con frecuencia comen más, pero su digestión es menos eficaz, por lo tanto, come despacio y mastica a conciencia!

Come regularmente

El estómago segrega jugos gástricos en intervalos regulares, si no tiene nada o poco que “procesar”, estos jugos se convierten en ácidos perjudiciales – es probable que alguna vez hayas experimentado esa desagradable sensación de “acidez” producida por los retortijones de hambre! Para mantener los tiempos biológicos naturales del organismo, es esencial comer en intervalos regulares, a ser posible de cada cuatro a seis horas; esto ayudará a proporcionar a tu organismo un suministro constante de nutrientes, lo que contribuirá a reducir los retortijones, los cambios de humor y las pérdidas de energía.

Molestias digestivas

El estrés y las emociones asociadas pueden activar las hormonas “combativas”, lo que distrae la atención del aparato gastrointestinal, abandonando momentáneamente el proceso digestivo mientras
que el organismo se prepara para la “acción”. Los alimentos que se ingieren en esos momentos no se pueden digerir apropiadamente, por lo que no tiene sentido comer cuando estás enfadado, molesto o te sientes presionado. La regla de oro es bien sencilla – come cuando te sientas relajado y tengas tiempo de concentrarte en disfrutar de tu comida. Comer cuando se está estresado es como provocar una indigestión, pero si no hay otra opción, prueba las propiedades reparadoras del Concentrado Herbal Aloe.

Saborea la comida

Si tu intención es prestar los cuidados necesarios al sistema digestivo, recuerda una sencilla afirmación: ‘el alimento es mi combustible, soy lo que como’… Cuando hagas la compra, fíjate en lo que estás escogiendo y pregúntate, ¿hasta qué punto es nutritivo? ¡Prepara tus comidas con una dosis adicional de cuidado y cariño –
es cierto que eres lo que comes! Una buena comida debería hacer que se te hiciera agua la boca, se te encendieran los ojos, se te despertara el apetito y debería dejarte plenamente satisfecho.
No es posible conseguir este nivel de disfrute en cada comida, pero piensa en los beneficios que obtendrías si así fuera.
Estos sencillos cambios realmente te ayudarán a sentirte más saludable.

Por ultimo, mejora al máximo la eficacia de la digestión con los mejores suplementos disponibles…

Herbal Aloe Concentrado: aprovecha los beneficios resparadores del aloe. Refrescante y limpiadora, esta bebida ofrece un delicioso tónico diario para el estómago. ¡Un nuevo hábito para el año nuevo!

Nutritional Shake Mix (Mezcla Nutricional para Batidos): ¡Cuando tengas los batidos Fórmula 1 en tu armario, no volverás a saltarte una comida!
Este fantástico producto es fácil de absorber, nutricionalmente equilibrado y rico en vitaminas y minerales. Ideal para los estilos de vida ajetreados, es rápido y fácil de preparar y bueno para la digestión.

Multivitamin Complex (complemento multivitamínico): ¿Cansancio postfiestas? Ese organismo recargado necesita un suplemento de calidad plagado de nutrientes esenciales necesarios para mantener un nivel óptimo de bienestar.

Fibra y Hierbas: Los expertos en salud recomiendan que consumamos al menos 24 gr. de fibra dietética al día para acelerar el paso de los alimentos por el organismo y para ayudar a eliminar
las toxinas y residuos. Son buenas fuentes de fibra los albaricoques secos, los cacahuetes, las ciruelas pasas, las semillas de girasol, el salvado de trigo. De tres a cuatro manzanas, tres naranjas o una coliflor grande, aportan 10 gr. Para hacer que la vida sea más sencilla, añade nuestro suplemento de Fibra y Hierbas, hemos añadido un combinado especial de hierbas que lo hace incluso más eficaz.

¡Cuando te sientes bien por dentro, se nota por fuera gracias a un saludable resplandor de felicidad!

¡Por lo tanto, proporciona lo mejor a tu sistema digestivo y disfruta MÁS de la vida!

Para más información sobre lo anterior y sobre otros productos exclusivos, pídele a tu Distribuidor local de Herbalife un Folleto de Productos – ¡Feliz Año!

Fuente: Herbalife España
Link: printbydemand.com/todaymagazine

jueves, enero 11, 2007

10 RUTAS A LA OBESIDAD

Una nueva hipótesis

Por Alison Motluk (de New Scientist)

LONDRES.– Pregúntele a cualquiera por qué la obesidad se ha convertido en una epidemia y le contestará que todo se reduce a que se come demasiado y se quema poco. Esto es indudablemente cierto. La mayoría de nosotros tiene que hacer un esfuerzo para no engordar.

Esta explicación coincide con el sentido común y hasta ahora guió los esfuerzos para llegar a la raíz de la epidemia de obesidad y revertirla. Sin embargo, actualmente muchos creen que algo más debe de haber cambiado en nuestro ambiente para precipitar un crecimiento tan dramático de la obesidad en los últimos 40 años.

Un artículo firmado por 20 expertos en el tema, que se publicó en el International Journal of Obesity, avanza sobre las 10 alternativas más plausibles para explicar este fenómeno, ya que el hecho de estar rodeados por un ambiente obesogénico –con comidas altas en grasas que abundan y se consiguen a bajo precio, y múltiples ocasiones para permanecer inmóviles- no pueden explicar cabalmente este fenómeno internacional. Estas son las hipótesis que se barajan.

1. Dormimos poco

Aquellos que duermen menos de siete horas por noche suelen tener una masa corporal (BMI, según sus siglas en inglés) superior a la de la gente que duerme más, según la información recopilada por la Encuesta Nacional Estadounidense de Salud y Nutrición. De manera similar, el Estudio de las Enfermeras, que siguió a 68.000 mujeres norteamericanas durante 16 años, encontró que las que dormían en promedio cinco horas por noche ganaron más peso que aquellas que dormían seis, que a su vez subieron más de peso que aquellas que dormían siete. Dos estudios recientes, uno en Canadá y el otro en Alemania, muestran que la duración del sueño y el peso están relacionados también en los niños.

La falta de sueño alteraría el metabolismo. La leptina, hormona encargada de indicar la saciedad, cae, mientras que la grelina, que estimula el hambre, sube. En hombres a los que se les permitió dormir sólo 4 horas por noche durante dos días consecutivos, los niveles de leptina cayeron un 18 por ciento, mientras que los de grelina aumentaron un 28 por ciento. Los voluntarios dijeron, además, que se sentían muy hambrientos.

2. El control del clima

Los humanos, como todos los animales de sangre caliente, podemos mantener nuestra temperatura corporal bastante constante. Mantenerse caliente o continuar fresco implica un gasto de energía a menos que nos encontremos en una “zona termoneutral” -alrededor de 27 grados centígrados para un cuerpo desnudo-, que es la temperatura a la que cada vez más elegimos vivir y trabajar.

¿Puede ser que el aire acondicionado y la calefacción hagan una diferencia en nuestro peso? Lamentablemente, existe evidencia de que sí. Distintos estudios muestran que a temperaturas agradables usamos menos energía. En un estudio de mujeres expuestas a 27 °C versus 22 °C, la diferencia fue de alrededor de un megajoule (239 kilocalorías) por día. Es la cantidad de energía correspondiente a 27 gramos de grasa corporal.

3. Fumamos menos

Malas noticias: los fumadores tienden a ser más delgados que el resto de nosotros. Dejar de fumar nos hace subir de peso, a pesar de que nadie está seguro del porqué. Probablemente tenga algo que ver con el hecho de que la nicotina es un supresor del apetito y parece aumentar nuestro índice metabólico. De acuerdo con la información recabada por la Encuesta Nacional Estadounidense de Salud y Nutrición en 1991, las personas que habían dejado de fumar en la década precedente tendían a tener más sobrepeso que aquellos que fumaban o que no habían fumado nunca. Entre los hombres, por ejemplo, cerca de la mitad de los que habían dejado de fumar tenían sobrepeso, en comparación con un 37 por ciento de los no fumadores y sólo un 28 por ciento de los fumadores.

Esto no significa que el dejar de fumar sea una amenaza contra la salud pública, para nada. El cigarrillo es tan peligroso que habría que subir 45 kilos para justificar el hecho de continuar fumando.

4. Factores prenatales

Las posibilidades de convertirnos en gordos pueden decidirse en gran parte antes siquiera de que hayamos nacido. Los hijos de madres obesas -especialmente los de aquellas que desarrollan diabetes gestacional- tienen muchas más posibilidades de convertirse ellos mismos en obesos. Mientras esto puede tener que ver más que nada con una cuestión genética, también existe evidencia de que existe cierta “programación intrauterina”. Los vástagos de ratones alimentados con una dieta alta en grasas durante el embarazo tienen muchas más probabilidades de volverse gordos que los de ratones idénticos, pero alimentados con una dieta normal. Extrañamente, este efecto persiste por dos o tres generaciones. Los nietos de los ratones alimentados con una dieta alta en grasas se vuelven gordos incluso si su propia madre es alimentada normalmente.

En el otro extremo del espectro, sabemos por estudios hechos en personas nacidas durante la hambruna en los Países Bajos a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, que las restricciones de energía en el vientre materno pueden llevar a la obesidad con el correr de los años.

5. Gordo = fecundo

La gente más pesada tiene más niños. Un estudio realizado por Lee Ellis en la Universidad Estatal Minot, Dakota del Norte, encontró una “pequeña pero muy significativa relación” entre el BMI y los niveles reproductivos. Las mujeres con un peso normal o menor tienen en promedio 3,2 hijos, mientras que aquellas con sobrepeso o directamente obesas tienen en promedio 3,5 hijos.

Tener muchos hijos aumenta las oportunidades de aumentar de peso, si no por otra razón, por lo menos a causa de la falta de sueño (ver arriba). Pero Ellis también demostró que el BMI de las personas antes de volverse progenitores está asociado con el número de hijos que eventualmente tienen.

6. Un poco mayor

Algunos grupos de personas simplemente son más gordos que otros. Encuestas realizadas por el Centro Nacional Estadounidense para las Estadísticas de Salud encontraron que era alrededor de tres veces más probable que los adultos de entre 40 y 79 años fueran más gordos que la gente más joven. Las mujeres que no son blancas también tienden a ubicarse en el costado más redondo del espectro: las mexicano-americanas tienen un 30 por ciento más de posibilidades que las blancas de ser obesas, y las negras corren el doble de riesgo.

7. Más drogas

Actualmente, millones de personas toman neurolépticos. Más allá de su indudable éxito para tratar la psicosis, tienen una desventaja: los usuarios en general aumentan cuatro kilos en las primeras 10 semanas, y otros cuatro o cinco en el año siguiente.

Los neurolépticos no son la única clase de droga que hace engordar: los anticonvulsivos para tratar la epilepsia, los antihipertensivos para la presión sanguínea alta, los inhibidores de la proteasa para tratar el sida y la medicación de la diabetes, incluida la insulina, todos están asociados con un aumento de peso. Los bloqueadores beta hacen que la gente que los usa aumente en promedio 1,2 kg, y al tomar píldoras anticonceptivas durante más de dos años se aumentan unos cinco kilos. Aunque comunes, incluso los antihistamínicos de venta libre pueden hacer engordar.

8. La contaminación

Cotidianamente estamos expuestos a miles de químicos industriales: pesticidas, lavandinas, saborizantes, perfumes, plásticos, resinas y solventes, para nombrar sólo unos pocos. Los tragamos, inhalamos y absorbemos a través de nuestra piel. Existe alguna evidencia de que bajos niveles de algunos de estos químicos pueden conducir a un aumento de peso. Los ratones a los que se les dan pequeñas cantidades del pesticida dieldrina, por ejemplo, redoblan con creces su grasa corporal. La hexaclorobenzina, otro pesticida, hace que las ratas engorden de manera significativa aunque coman menos.Estudios en humanos expuestos al PCB por comer peces de los grandes lagos de América del Norte encontraron conexiones similares: cuanto más tóxica la carga, mayor el peso corporal.

Algunos de estos químicos interfieren en el funcionamiento de hormonas como el estrógeno. Numerosos estudios en animales y en humanos sugieren que cuando los estrógenos no funcionan correctamente, aumenta la adiposidad. Y nuestra exposición a estos químicos está aumentando: un estudio sueco encontró que la concentración de PBDE (éter difenílico polibromado, un retardante de ignición actualmente prohibido) en la leche materna se duplicó cada cinco años entre 1972 y 1998.

9. Madres maduras

Una madre más añosa parece ser un factor de riesgo independiente respecto de la obesidad. Los resultados de un estudio de crecimiento y salud realizado por el Instituto Nacional Estadounidense del Corazón, los Pulmones y la Sangre muestra que las posibilidades de un niño de volverse obeso aumentan alrededor de un 14 por ciento cada 5 años extra en la edad de su madre, a pesar de que no se sabe porqué.

Michael Symonds de la Universidad de Nottingham, Reino Unido, descubrió que los corderos que nacían de ovejas ancianas acumulaban más tejido adiposo en el primer año de vida. Symonds también descubrió que los primogénitos tienen más grasa corporal que sus hermanos más pequeños. En los Estados Unidos, en 1976, 9,6 por ciento de las mujeres de aproximadamente 40 años habían tenido sólo un hijo; en 2004 eran el 17,4 por ciento las que se encontraban en esa situación. Esta combinación de madres añosas y mayor cantidad de hijos únicos puede estar contribuyendo a la epidemia de la obesidad.

10. Me gustas tú

De la misma manera en que la gente se junta de acuerdo con su aspecto, también lo hace de acuerdo con su tamaño. En un estudio de 1341 familias canadienses publicado en 1999, Peter Katzmarzyk, de la Universidad York, en Toronto, descubrió que existe una pequeña pero significativa relación entre marido y mujer respecto tanto del BMI como de la medida de los pliegues cutáneos que no puede ser atribuida al hecho de que viven juntos.

Por sí mismo, casarse con alguien de estructura corpórea similar no puede considerarse la causa del aumento de la obesidad. Pero combinado con otras cosas -particularmente con el hecho de que la obesidad es en parte genética, y que la gente más pesada tiene más niños- amplifica el aumento de la obesidad debido a otras causas.

Fuente: Diario La Nación
Link: http://www.lanacion.com.ar/866546