viernes, diciembre 29, 2006

FIN DE AÑO, POCO SUEÑO

Advierten que en esta época del año la gente duerme poco y mal


Vida Cotidiana : Temperaturas elevadas, cenas de despedida, exámenes y mayor excitación emocional.

Según los expertos consultados, a fin de año muchos viven una “sensación de fin del mundo”. Afirman que dormir menos de lo que necesita el cuerpo produce una descompensación de la función inmunitaria.

Gabriel Giubellino
ggiubellino@clarin.com

Noche de amor, puede ser. Noche de paz, eso sí que es más difícil. Los especialistas advierten que en estos días, cuando se supone que la atmósfera está iluminada por el conciliador espíritu navideño, las noches son más difíciles. Cuesta más conciliar el sueño, se duerme peor y, en la vigilia, se vive peor también. Más irascible, más nervioso.Todo esto por variadas razones.

“Dormir es parte de la vida. No se puede vivir sin dormir —dice la doctora Margarita Blanco, especialista en medicina del sueño—. El que lo saltea, lo paga con mala calidad de sueño, o mala calidad de vida. Rinde menos como trabajador, y también en el aspecto cognitivo, en el rendimiento intelectual y en el sistema inmunitario. Dormir menos produce toda una descompensación de la función inmunitaria que puede hacer que se contraigan enfermedades con facilidad, además de ser un generador de catástrofes como los accidentes de tránsito”.

Para Blanco hay un problema en la sociedad, que no le da importancia al dormir, que piensa que dormir es perder el tiempo. Ya al doctor Daniel Cardinali, director del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA, había revelado que los argentinos no llegan a dormir ni seis horas, cuando en los años ‘60 se dormía ocho horas. Esta tendencia se profundiza en los preparativos de estas fiestas.

Por un lado, las temperaturas más altas y los días más largos causan una estimulación. “La gente está más activada, con mayor tendencia a la excitación emocional —explica la doctora Blanco—. Más dispuesta a la discusión, a la agresión”.

Por otro lado, es tiempo de encuentros, de cenas de despedida. “Las comidas en exceso, las bebidas en exceso, las acostadas tarde… Todo esto aparece en estos días. Y sabemos que no se puede dormir bien con el estómago lleno. Y esa es una costumbre bien nuestra: se pasa el día en ayunas, se llega a la casa, se hace una picada, luego la cena y así pasamos noches horribles”.

También es síntoma de la época el furor por llegar en forma física a las vacaciones, visitando el gimnasio en diciembre más veces que en el resto del año.

“La actividad física aeróbica no es recomendable antes de dormir —subraya la especialista—. Uno ve que los gimnasios se llenan a las 7 de la tarde, la gente se mata dos horas, el cuerpo se agota, pero hay un despertarse. Aquel a quien esto no le causa problemas, bien. Pero el que duerme mal, que tenga en cuenta que esta costumbre puede ser una causa de su mal dormir”.

A todo esto, los estudiantes le suman el estrés ante los exámenes, desafío al que suelen responder estudiando de noche.

Vanesa Starasilis, psicoanalista, coordinadora docente de la Asociación Civil Centro Dos, reflexiona sobre esta “sensación de fin de mundo” que llega con las fiestas. “Hay algo en el orden del exceso que tiñe estos días. En la calle, en el tránsito, en lo que compramos, lo que comemos, en los llamados. Como si todo lo que no hicimos, tuviéramos que hacerlo ahora. Nuestras consultas aumentan en estas fechas, lo que es muy llamativo”.

Entre las lecturas que hace Starasilis está la psicoanalítica: “Se desprende de una frase común en estas fechas, eso de ‘parece mentira, cómo pasa el tiempo’. Hay alguna relación entre esa frase como fin de ciclo y esta tendencia inmoderada a consumir bienes. El fin de año nos confronta con la idea de una muerte simbólica, con la finitud de nuestras propias vidas y me parece que la angustia que provoca esa muerte inconsciente, simbólica, nos lleva al exceso. La idea de fin de mundo repercute en el descansar. No tiene lógica que estemos más cansados que nunca”.

Llamada a reflexionar, Margarita Blanco apunta que las horas de sueño dejan su lugar al entretenimiento, a la tecnología, a la exigencia por conseguir una posibilidad económica suficiente como para alcanzar todo lo que la sociedad de consumo ofrece. Que las acciones del sueño no suben, lo demuestran las sesiones de los legisladores, que a fin de año se apuran a aprobar leyes, siguiendo de largo sin dormir. Allí, su discurso se cruza con la corriente que corre a comprar regalitos de Navidad. “En el mundo —dice Blanco— las autoridades de la salud aún no vieron el costo de los trastornos del sueño”.

Sorbo de realidad
Diana Baccaro
dbaccaro@clarin.com

Julio Verne, uno de los fundadores de la ciencia ficción, se anticipó a describir esa extraña sensación de “estar en el mundo”. En una de sus novelas imaginó a tres argentinos que desembarcan en la Isla de los Estados para encargarse del faro. Para ellos allá y entonces (1905), y nosotros acá y ahora (2006), el tiempo se acaba, como cada fin de año. Es una muerte simbólica, que angustia y lleva al exceso de no dormir para aprovechar al máximo cada minuto. Pero el “faro del fin del mundo” aún está allí, altivo y centenario, contra todo apuro por tomarnos la vida de un sorbo.

“No dormía bien porque hacía todo mal”

Magalí Castro cuenta que dormía mal. “No tenía dificultad para conciliar el sueño. Pero me despertaba seguido, hacía movimientos bruscos todo el tiempo… Y entonces no tenía fuerzas como para trabajar, estaba el resto del día malhumorada, no rendía en distintos aspectos de mi vida”.Con su médico clínico concluyó que su problema era dormir mal. Y fue al Club del Sueño (La Rioja 951, teléfono 4959-1500 int.2651), “que trata de reeducar a las personas que duermen mal”.¿Cómo cambió su sueño? Con algunas modificaciones: “Tenía malos hábitos, como irme a dormir enseguida después de cenar, y hay que esperar por lo menos dos horas. Y tomar poco líquido después de las 7, porque te lleva a levantarte para orinar y te corta la calidad del sueño. Aparte, también cambié la alimentación. Uno de los errores comunes es que la cena sea tu principal comida. Ahora ceno entre las 20 y las 20.30, me acuesto a las 10.30, me levanto a las 6, practico deporte y luego voy a trabajar”, afirma.Para Alberto Fernández, ingeniero electromecánico, la solución fue la misma que la de Magalí: “Cenar muy poco, lo que cabe en un puño”, dice. Esa es la receta mágica. Aunque aclara que no hay respuestas comunes: “Capaz que alguien come un pollo entero y duerme toda la noche”.Caminar mucho y cenar liviano

La Red en Medicina del Sueño (www.rems.com.ar) tiene sus “máximas o decálogo de oro” para los “atribulados insomnes”. Estas son:

  • Levantarse temprano, manteniendo fijo el horario de levantarse y acostarse.
  • Tomar un buen desayuno.
  • Realizar caminatas.
  • Hacer un buen almuerzo.
  • Evitar la siesta horizontal, acostado. Mejor es dormitar sentado plácidamente, de 15 a 30 minutos. Lo llaman minisiesta reparadora.
  • Antes de la caída del sol se sugiere otra caminata. Y no realizar actividad física después de la cena.
  • Cena frugal. Restringir los líquidos y el alcohol. Evitar el café, té o mate, las carnes rojas y las comidas picantes.
  • A la hora de dormir, entregarse. Deben transcurrir no menos de dos horas luego de la cena. Se proponen actividades pasivas y placenteras: leer (sentado), escuchar música.
  • Evitar la invasión de preocupaciones y problemas del día.
  • Fuente: Diario Clarin

    http://www.clarin.com/diario/2006/12/23/sociedad/s-05415.htm

    jueves, diciembre 14, 2006

    FIESTAS, INDIGESTION Y KILOS

    Cómo prevenir la indigestión en Navidad

    Las fechas navideñas presentan un gran número de acontecimientos marcados por la felicidad, los regalos, la compañía de la familia e, inevitablemente, abundante comida. Lo más normal es que en estas Fiestas la mayoría de las personas dejen a un lado la preocupación por la figura y se permitan el lujo de comer alimentos poco frecuentes en la dieta habitual.

    Si a la cantidad de comida extra que se le proporciona al cuerpo, añadimos que, generalmente, está cocinada de forma distinta (con alimentos y condimentos más fuertes de lo que se está acostumbrado), se obtiene como resultado que muchos padezcan molestas indigestiones provocadas por estas comilonas. Y es que los excesos navideños acaban haciendo mella. Por ello, es aconsejable que, aunque se coma y beba más de lo habitual siempre se haga conscientemente y sabiendo lo que el organismo puede aguantar.

    Qué es la indigestión
    También conocida como dispepsia, la indigestión es un trastorno transitorio que se produce de forma repentina durante el proceso de digestión y que puede estar causada por diferentes factores. No conviene confundirla con una enfermedad, ya que es una dolencia puntual que no presenta excesiva gravedad por sí misma. No obstante, la indigestión se puede padecer de forma crónica, en cuyo caso puede presentar mayores complicaciones. La causa directa se encuentra en la sobreproducción de ácidos potentes y enzimas que facilitan la realización del proceso de digestión. Esta producción excesiva suele dar lugar a una lesión en las membranas mucosas que recubren el estómago.

    Por otro lado, hay que señalar que existen personas con tendencia a padecer esta irritación, ya sea por la ingestión de alimentos que no les hacen bien, por el consumo de ciertos líquidos o por el uso de ciertos medicamentos. Además, es importante saber que el estrés es un factor decisivo para provocar este trastorno y, por ello, las preocupaciones aumentan la posibilidad de que se presente, mientras que la desaparición de la ansiedad dará lugar a una mejor realización de las digestiones. Sin embargo, se puede sostener que el principal factor desencadenante de una indigestión es el hecho de consumir abundantes alimentos difíciles de digerir, es decir, grasas, las toxinas que contienen los aliemntos y determinados minerales. Si a ello, se le suma la ingestión de alcohol en cantidades superiores a las debidas, que se suele producir en Navidad, tendrá lugar una combinación en el estómago que sólo prodrá provocar malestar.

    Los excesos de Navidad
    Los menús navideños son, cuanto menos, abundantes. Y es que lo habitual es comenzar la comida con entrantes o aperitivos para abrir boca, mientras que seguidamente no se puede negar al cuerpo el lujo del segundo plato, normalmente compuesto por carne y que, además, se suele acompañar de patatas, verduras, ensalada y un suculento vino. Pero aquí no termina el banquete, sino que hay que añadirle los postres de estas Fiestas, que se caracterizan por su esquisitez. Así, a los turrones, mazapanes y todo tipo de dulces, se suman los licores y las bebidas alcohólicas.

    El principal problema que presentan estos alimentos es que contienen un alto grado de proteínas, grasas y toxinas que el cuerpo se ve incapaz de asimilar. Esto da lugar a los síntomas más frecuentes de una indigestión que son las naúseas, el dolor de estómago, la hinchazón abdominal, punzadas dolorosas, así como abundantes gases y flatulencia. De este modo, numerosas personas ven todos los años cómo lo que iba a ser un ambiente festivo y alegre, pasa a convertirse en un periodo de malestar desagradable.

    Cómo prevenirlo
    Aunque la indigestión sea una de las principales dolencias navideñas, lo cierto es que es prácticamente imposible contenerse ante las exquisitas comidas de estas fechas. Evidentemente, a nadie se le va a negar este placer: la mejor forma de prevenir este trastorno consiste en la ingestión controlada de alimentos de este tipo. Esto quiere decir que el secreto se encuentra en no abusar y en ser conscientes de que hay alimentos más dañinos que otros y de parar de comer antes de que el organismo muestre señales de que está saturado. Los expertos recomiendan que, con el fin de hacer esta tarea más fácil, se intente comer de todo, pero en pequeñas cantidades.

    No obstante, existen recomendaciones que ayudan a prevenir esta dolencia. Así, conviene no irse a la cama al poco tiempo de haber ingerido estos alimentos, ya que la digestión por la noche es más lenta y puede producir acidez. Por este motivo hay que dejar transcurrir un periodo de entre dos o tres horas entre la cena y el momento de acostarse. Igualmente, conviene sustituir el habitual café posterior a la comida por algún tipo de infusión, como la manzanilla, el anís o la menta, que reducen la flatulencia. Finalmente, hay que apuntar la necesidad de hacer un almuerzo ligero si se sabe que por la noche se va a cometer algún exceso. Además, es conveniente conocer el efecto perjudicial del licor en el proceso de digestión, por lo que no se debe abusar de él, si no se desea aumentar el riesgo de padecer algún trastorno estomacal.

    Tratamiento
    Aunque lo óptimo es evitar este malestar, si no se ha conseguido, se pueden tomar una serie de medidas con el fin de reducirlo. La indigestión presenta un periodo de malestar de unas 72 horas en las cuales se pueden tomar medicamentos con agentes tensoactivos para eliminar los gases, así como abundantes líquidos que ayuden a eliminar las toxinas. Las infusiones de plantas depurativas tiene un papel importante en este proceso, ya que purifican la sangre y ayudan a la eliminación de las sustancias perjudiciales para el organismo.

    Además, conviene llevar una alimentación ligera, carente de grasas y condimentos. En el caso de que el trastorno se prolongue demasiado tiempo o se empeore, es necesario consultar al médico con el fin de que determine las causas de esa indigestión, ya que puede estar ocasionada por problemas de índole más grave, como una úlcera o un bloqueo de intestinos.

    La resaca, otro malestar navideño
    Si comer excesivemente es una costumbre habitual en Navidad, beber demasiado alcohol suele ser su acompañante. Los principales efectos de una intoxicación etílica son la deshidratación, el dolor de cabeza y las naúseas, provocados por la subida de los niveles de acidez en el estómago. Evidentemente, la mejor forma de evitarlo es no consumir este tipo de bebidas. Sin embargo, en estas fiestas es ineludible al menos brindar por el Año Nuevo, así que la mejor medida de prevención sigue siendo el consumo moderado evitando, además, las bebidas de elevada graduación alcohólica, que son las más perjudiciales. Asimismo, es recomendable no pasarse con los licores o los brandys, además de beber siempre con el estómago lleno.

    En el caso de que se haya bebido demasiado, a la mañana siguiente se recomienda ingerir una infusión mentolada, ya que la menta reduce la contracción muscular y tiene efectos beneficiosos en el estómago. Por otro lado, se puede tomar una vaso de leche con una cucharadita de bicarbonato o, si se prefiere, zumo de frutas, como de pomelo o manzana que aportan vitaminas A y C que se habrán perdido con la sudoración y la orina. Por último, hay que señalar la importancia del agua en estos casos, ya que ayuda a recuperar los minerales y oligoelementos perdidos. Si es posible, es muy beneficioso beber varios vasos antes de acostarse, para que al día siguiente la recuperación no sea tan costosa.

    Fuente: Plato del Día
    http://www.platodeldia.com/dietasana/salud/?pagina=dietasana_salud_004_004

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    RECETA PARA COMER MANTENIENDO EL PESO EN LAS FIESTAS

    En pocos días estaremos celebrando: Navidad, Fín de Año y Reyes. También las “despedidas de año” y además, para muchos, comenzarán las anheladas “vacaciones” en la playa, en dónde nada podemos ocultar

    Entonces VOS, que cuidás tu silueta el AÑO entero y querés Celebrar, Comer, Festejar, Brindar…, deleitarte con el pan dulce y turrones (delicia invernal)… tenés que estar preparado/a para no aumentar 7 kilos en una semana.

    Recomendación para comer sin culpas y no aumentar de peso:

    Herbal Concentrate durante el día mezclado con agua, mate o cualquier infusión. Lipobond, Cell-U-Loss, Amarillo, NRG antes de las comidas principales, con abundante cantidad de agua. Y entonces SI, a COMER…, sin privarnos de NADA..!!

    Y después del champagne, café y petit fours: Aminogen y una copita de Aloe Bebible.

    Te sentirás a gusto, felíz, sin pesadez, libre de culpas… y sintiendo un BIENESTAR EXTRAORDINARIO.

    No aumentarás de peso, no comerás en abundancia ni excesos; tu cuerpo lo agradecerá y estarás disfrutando de la silueta que tanto te costó lograr. Un cordial saludo y estamos para asesorarte!

    El Equipo de HerbalDiet

    domingo, diciembre 03, 2006

    ENFERMEDADES INSOSPECHADAS

    Cáncer de mama, bulimia y anorexia, males“femeninos” que también atacan a varones

    Existe toda una gama de enfermedades que, según el imaginario social, sólo padecen las mujeres. Sin embargo, aunque en menor medida y en distinta proporción, los varones no son inmunes a ellas y también pueden verse afectados. Además del cáncer de mama –que padecen cada año unos 150 argentinos– y de los casos masculinos de bulimia y anorexia, los hombres pueden tener osteoporosis y HPV, el virus responsable del cáncer de cuello de útero que, en ellos, puede afectar el pene o la boca. Testimonios de médicos y pacientes, entre la prevención y el desconocimiento.

    Por Martin De Ambrosio
    Diario Perfil - 03.12.2006

    Carlos Lois tuvo cáncer de mama. Y tardó dos años en obtener el diagnóstico porque los médicos le decían que el cambio en una de sus tetillas era producto de un golpe. Está claro, el cáncer de mama suele ser cosa de mujeres. Pero no siempre: Lois es uno de los 150 hombres a los que cada año se le declara esta enfermedad en el país. Cuando tuvo que hacerse la mamografía, se sintió extraño en una sala de espera llena de damas. “Me miraban y se preguntaban a qué iba. Y yo estaba con la incógnita de saber cómo haría la máquina para hacerme el estudio.”

    Siete años después, Carlos le dijo a PERFIL que el hecho de padecer una enfermedad tan relacionada con lo femenino no fue lo más duro. “Cuando te dicen que tenés cáncer, no analizás si es de mama o de hígado; lo primero que pensás es que te morís y querés saber cuándo: si será en una hora, en un mes o dentro de 10 años. Creés que todo es urgente”, aseguró. Según María Viñegra, del Instituto Alexander Flemming, “uno de cada 99 tumores de mama afecta a los hombres”. Es que ellos también tienen esa glándula, aunque subdesarrollada, que ante estímulos hormonales puede crecer y dar patologías similares a las que sufren las mujeres. “Una vez detectado el tumor, los hombres tienen el mismo pronóstico que las mujeres; el problema es el bajo índice de sospecha y que se detecta tarde, cuando ya existe un bulto ostensible. Incluso en los mismos médicos hay desconocimiento”, evaluó.

    Lois es uno de los tantos pacientes que sufrieron o sufren enfermedades de las que se piensa socialmente que corresponden sólo a las mujeres, como la osteoporosis, la anorexia o el virus del papiloma humano.

    Osteoporosis. Ariel R. descubrió a los 38 años que se le fisuraban las costillas con notable facilidad, haciendo deportes o levantado algún peso. “Cuando me dijeron que tenía osteoporosis pensé que no podía ser. Pero era. Después, averiguando, llegué a saber que en realidad es una enfermedad que es más frecuente en el varón de lo que se supone”, señaló. Encima, en el caso de Ariel –que es comerciante y escultor– los médicos no supieron qué le causó el debilitamiento de sus huesos.

    “Era joven, pero como es una enfermedad de proceso lento, esto había empezado antes. No era por falta de calcio ni tampoco por la falta de exposición al sol”, se lamenta hoy, 17 años después.

    “Aunque en el varón la osteoporosis no ha sido estudiada tanto como en la mujer, por el estilo de vida actual el hombre la está padeciendo con más frecuencia. La población envejece más, hace una vida más sedentaria que hace 20 o 30 años, fuma e ingiere más alcohol y lo hace desde edades más tempranas”, informó Zulema Man, directora del Centro Tiempo y profesora de osteología de la Universidad Favaloro.

    Anorexia. Patricio siempre fue un poco gordito; jugaba al rugby como pilar, pero adelgazó tanto que terminó jugando de wing –posición reservada a los ligeritos– antes de abandonar ese deporte. “Pensé que la anorexia era algo sólo de las mujeres y no conocía casos de varones hasta que me tocó a mí. Después, en Aluba, donde me trato, conocí a otros chicos que pasaron por lo mismo”, aseguró Patricio, en plena recuperación. Y recordó: “En el peor momento, hasta dejé de beber y estuve tres días internado en terapia intensiva por deshidratación. Creía que cualquier cosa me engordaría. Llegué a bajar 40 kilos”.

    Para Rosa Labanca, docente de la cátedra de Nutrición de la UBA y directora del Centro Asistencial de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios, se trata de “una patología mucho más difícil de erradicar en varones, pese a que en número ataca a más mujeres”.

    Por su parte, la fundadora de Aluba, Mabel Bello, afirmó que no sólo bajó la edad de comienzo de la bulimia y la anorexia sino que además en los niños es algo que aparece desde edades muy tempranas: a los 3 años. “En los pequeños, hay más varones enfermos que mujeres, aunque después la diferencia se estabiliza hasta que en la adolescencia de cada 10 casos de anorexia, 9 son mujeres”, concluyó Bello.

    Cuando a ellas les toca lo de ellos
    Así como existen enfermedades típicas de mujeres que pueden atacar al hombre, lo inverso no es menos cierto. Entre las más peligrosas, están los ataques cardiovasculares, que durante muchos años se asociaron en exclusividad a los machos de la especie. Sin embargo, es la primera causa de muerte no violenta para ellas también.

    Daniel Lichtentrei, jefe de contenidos de Intramed, llama a este problema “efecto Tita Merello”, en alusión a las reiteradas y exitosas campañas de la actriz para que las mujeres se hagan el análisis de Papanicolau. “El problema es que las mujeres se mueren mucho más de enfermedades cardiovasculares que de cáncer de cuello de útero, con lo cual se está descuidando lo principal”, explicó el especialista. Por tal motivo, recomienda que las mujeres estén mucho más atentas a las arterias y a tomarse la presión de lo que suelen hacerlo.

    Fuente: Diario Perfil
    Link: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0153/cie_001.html