Al parecer, algunas personas sedentarias pasan más tiempo que otras reclinadas en sus sillas o sillones. Y esa diferencia podría ser clave para determinar quién va a aumentar de peso y quién va a mantenerse esbelto.
Los investigadores de la Clínica Mayo creen que no son los viajes al gimnasio, sino el ritmo de las actividades diarias lo que constituye el factor determinante para fijar el peso de cada persona, según un pequeño estudio de personas que se describieron a sí mismas como sedentarias.
Los científicos hallaron que las personas obesas estudiadas se sentaban durante unos 150 minutos diarios más que las personas delgadas que participaron en el estudio. Ello implicaba que las primeras quemaban unas 350 calorías menos que las segundas.
Los investigadores tuvieron en cuenta el papel que desempeñan actividades rutinarias como caminar, hablar, sentarse y pararse.
Si los sujetos con exceso de peso pudiesen adoptar la conducta de sus homólogos delgados, ello implicaría una pérdida de unos 15 kilos al año, dijo el estudio. Y no sería necesario siquiera ir al gimnasio para conseguir esa rebaja de peso.
"Creo que nuestro estudio es un rayo de esperanza, porque hace 50 años nuestras condiciones biológicas eran las mismas, pero la obesidad no era prevaleciente en Estados Unidos", dijo el director del estudio, el endocrinólogo James Levine.
"Si pudiéramos volver a los niveles de actividad de hace 50 años, tendríamos el potencial de dar marcha atrás en cuanto a la obesidad", agregó.
El déficit de actividad de los participantes sedentarios no reflejaba necesariamente una falta de motivación, dijo Levine. En lugar de ello, podría ser indicio de una diferencia en la composición química del cerebro, porque incluso cuando los obesos perdieron peso, continuaban llevando una vida sedentaria. Y cuando los delgados aumentaron de peso, no por ello adoptaron costumbres sedentarias.
Los investigadores estudiaron diez sujetos medianamente obesos y diez delgados, y los vistieron con una ropa interior especial que utilizaba una tecnología desarrollada para los tableros de control de los aviones a reacción.
Detectores distribuidos por esa ropa interior registraron las posturas y movimientos de los sujetos las 24 horas del día durante diez días.
Los voluntarios continuaron llevando sus vidas normales salvo que ingirieron todas sus comidas en un hospital de Rochester y se aseguraron de no dejar comestibles -- calorías -- en sus platos.
En la fase siguiente, los investigadores aumentaron 1.000 calorías diarias en las comidas de los voluntarios delgados durante 10 días más, de modo que pudiesen aumentar de peso, al tiempo que eliminaban mil calorías diarias de los obesos, para que pudiesen rebajar.
El estudio, publicado en la revista Science, se basó en los datos compilados acerca de los diferentes niveles de actividad entre los participantes gordos y delgados.
Para mantener la figura no sólo sirven los ejercicios aeróbicos. Científicos estadunidenses afirman que el secreto radica en modificar las actividades cotidianas: subir escaleras en lugar de usar el elevador, lavar a mano los platos en lugar de usar el lavavajillas, caminar en lugar de ir en automóvil o autobús.
El cuerpo quema calorías cuando marca un ritmo con los pies, aseguran James Levine y colegas de la Clínica Mayo de Rochester, en Minnesota, en la revista científica Science (volumen 307, página 584) en su edición de mañana viernes.
El equipo de investigadores realizó un experimento con diez personas de peso normal y otras diez que tenían un leve sobrepeso, a quienes les colocaron sensores en el cuerpo. Estos artefactos registraban todo movimiento, por más pequeño que fuera, durante todo el día.
Todos los participantes tenían empleos en los que debían permanecer sentados. Durante los diez días que duró la experiencia realizaron sus actividades normales, salvo que comían en la clínica, para garantizar que todos consumieran porciones iguales con la misma cantidad de calorías.
El análisis de un total de 150 millones de datos mostró que las personas más delgadas estaban "en movimiento" un promedio de 150 minutos por día más que las que tenían sobrepeso. Esta diferencia hacía que diariamente quemasen 350 calorías más, explicó Levine.
Como unidad de medida para un metabolismo más activo, el equipo utilizó el concepto Non-Exercise Activity Thermogenesis - NEAT - (Quema de calorías por actividades no deportivas).
En una fase posterior del estudio, los científicos demostraron así que las personas sedentarias hacen menos actividad física por naturaleza y no como consecuencia de su peso.
Pusieron a dieta a las 10 personas con sobrepeso, mientras que los más delagados tenían que ingerir mil calorías más por día.
A pesar de bajar de peso, las personas con sobrepeso no se vieron estimuladas a realizar ejercicios físicos.
En cambio, las personas más delgadas continuaban moviéndose más, a pesar de haber subido unos kilos, y de esta manera crearon las condiciones para bajar nuevamente de peso.
Aquí te damos 7 razones de por qué funciona:
1.- Caminar quema calorías. Por ejemplo una persona que pesa aproximadamente 75 kilogramos y camina un kilómetro en 9 minutos, quemará un promedio de 550-800 calorías en una hora. Estas calorías son comparables a una comida regular.
2.- Caminatas regulares aumentan tu ritmo metabólico. Es conocido el hecho de que una caminata cinco veces a la semana por 30 minutos a una intensidad de moderada a vigorosa aumenta tu ritmo metabólico. Este aumento en el metabolismo dura varias horas después del ejercicio, por lo que se continua quemando calorías a una velocidad más rápida aún después de terminada la caminata y estando relajado.
3.- Una caminata puede actuar como supresor del apetito. Primero, esto se debe al aumento de la producción de una sustancia química llamada serotonina, la cual cuando alcanza cierta concentración en el cerebro suprime el apetito. Segundo, el caminar aumenta los niveles de una hormona llamada noradrenalina, que no solo aumenta el ritmo metabólico, sino que también inhibe el apetito. Al mismo tiempo, aumenta los niveles de adrenalina que son útiles para movilizar la grasa de las células que son quemadas por la energía del ejercicio.
Las caminatas aumentan tu tejido muscular. Caminatas regulares aumentan la proporción de peso músculo en todo el cuerpo. Mientras que un kilo de músculo es menor y más compacto que un kilo de grasa. Tu cuerpo lucirá más firme, liso y moldeado.
4.- Las caminatas reducen el factor de sobrealimentación. Muchas personas se sobrealimentan por razones que nada tiene que ver con el hambre, el stress, el aburrimiento, depresión, soledad, etc. Es conocido que un programa de ejercicio puede ayudar a reducir o aliviar por completo estos factores.
5.- Las caminatas aumentan la autoestima. También dan una sensación de “bien estar”, y esto induce a los caminadores a tener una motivación para mantenerse en un peso correcto y alimentarse sanamente, porque se sienten mejor consigo mismos. Una persona con una buena autoestima, tiene más posibilidades de dejar de comer compulsivamente.
6.- Caminar ayuda a acelerar el tiempo del transito intestinal. Algunas investigaciones y médicos creen que los ejercicios aeróbicos ayudan a que los alimentos permanezcan menos tiempo en el estómago y los intestinos, por lo que hay menos tiempo para que las calorías y la grasa sean absorbidas.
7.- Para que estés bien
Para que puedas gozar de todos estos beneficios no es necesario participar en maratones, basta con caminar 30 minutos diarios, cinco veces a la semana.
Fuente: Clínica Mayo
jueves, julio 31, 2008
CAMINAR PARA BAJAR DE PESO
martes, junio 10, 2008
PERSONALIDAD "D", FACTOR DE RIESGO

En las personas retraídas y propensas a ver siempre "el vaso medio vacío", el aparato cardiovascular es más vulnerable.
El corazón no será el centro de las emociones, como creían los antiguos y como cantan los boleros, pero sí es, por diferentes mecanismos que aún están por ser dilucidados del todo, un epicentro que sufre las consecuencias de lo que pasa en el sistema nervioso.
Lo que sí parece cada vez más claro es que si estar de mal humor, triste o enojado –o todas esas cosas a la vez– pasara a ser lo normal, si estar preocupado fuera una constante aunque no hubiera motivos, y si además resultara muy difícil compartir los sentimientos con las demás personas, nos estaríamos cargando a cuestas otro importante factor de riesgo de enfermedad coronaria o de hipertensión arterial, entre otras enfermedades crónicas que involucran al aparato cardiovascular.
La relación se sospecha desde hace tiempo, pero actualmente varios científicos intentan medir la importancia epidemiológica de este factor de riesgo, definido como una combinación entre vulnerabilidad al estrés negativo (disestrés) que se manifiesta como una "afectividad negativa" (pesimismo, malhumor, sensación de infelicidad y preocupación constante) y cierta dificultad para el contacto social, a la que los estudiosos dieron en llamar personalidad tipo D.
Aunque cada una de estas características de la personalidad parecen afectar al corazón también por separado, es la combinación de ambas lo que funcionaría de forma sinérgica, potenciando mutuamente sus efectos.
La personalidad tipo D (de distrés, que es el estrés relacionado con la sobrecarga de preocupaciones, más que el estrés desencadenado por el esfuerzo físico) comenzó a ser estudiada como factor de riesgo cardiovascular a fines de la década del noventa, aunque recién en el año 2005 el investigador Johan Denollet publicó en la revista Psychosomatic Medicine la guía DS14, que es la que se utiliza para identificar con precisión este tipo de personalidad y evaluar el grado de riesgo que puede representar para los pacientes cardíacos.
"La personalidad tipo D representa un importante factor de riesgo que los cardiólogos deberán tener en cuenta en sus pacientes, sobre todo para las enfermedades crónicas, a diferencia de la depresión, que supone otro tipo de riesgo", aseguró en su reciente paso por Buenos Aires la doctora Angelique Schiffer, investigadora del departamento de Psicología Médica de la Universidad de Tilburg, Holanda, y coautora de trabajos realizados junto con Denollet sobre este tema.
Schiffer participó como disertante en el XVI Congreso Mundial de Cardiología que tuvo a la Argentina como sede, en mayo pasado. Allí resumió, en base a la investigación clínica realizada hasta la fecha, todo lo que hoy se sabe sobre la relación entre el corazón, las arterias y la personalidad tipo D.
Mientras la persona con depresión tiene más riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio, el "paciente D" es más propenso a contraer afecciones crónicas del aparato circulatorio. El dato más significativo para demostrar su influencia es que de una población de personas hipertensas estudiada por los expertos, el 53% resultó coincidir con el perfil descrito como "D".
"La prevalencia de esta característica de la personalidad en la población general va del 13 al 24%, según cada uno de los estudios, por eso es significativo que entre las personas con cardiopatías isquémicas haya habido de un 25 a un 36% de pacientes tipo D", señaló Schiffer como ejemplo.
También entre el 24 y el 45% de las personas con arritmias, el 35% de los que tienen problemas en las arterias periféricas y hasta casi el 30% de los trasplantados de corazón, según dijo, podrían echarle la culpa a su "carácter D".
Relaciones múltiples
Los estudios poblacionales realizados por estos investigadores europeos determinaron que tener una personalidad tipo D no tiene que ver con la edad, ni con la condición socioeconómica, ni con el nivel de educación formal. Y no implica padecer depresión, aunque sí es un factor predisponerte. También predispondría a padecer ansiedad, bajos niveles de autoestima y disforia.

Schiffer aseguró, por otra parte, que los pacientes tipo D con insuficiencia cardíaca reportan más síntomas de su enfermedad y se preocupan más por esos síntomas, pero consultan menos.
En su estudio publicado en 2005, Denollet sugiere que las personas con un alto grado de inhibición social tienden a inhibir los signos que pudieran hacer ver a los demás cómo se sienten, como una estrategia para contener las emociones, pero que es justamente esa inhibición la que se relaciona con una reactividad cardiovascular y con un alto grado de variación del ritmo cardíaco.
"Además de ser una relativa falencia para implementar estrategias más adecuadas para regular las emociones, el incremento de la vulnerabilidad por este «estrés interpersonal» es, por sí mismo, una característica promotora de enfermedades", subraya.
La inhibición social ha sido relacionada con altos niveles de catecolaminas (hormonas del estrés, entre las cuales se encuentra la adrenalina) y con aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial. Y produce una activación del nervio simpático (regulador de los procesos vitales y otros fenómenos orgánicos) que es la que produciría su efecto sobre el sistema inmunológico, que se registra a nivel de las citoquinas, enzimas que actúan en los procesos inflamatorios.
De hecho, la especialista holandesa planteó la acción por esa vía como posible vía de reducción del riesgo desde la química. Además de una psicoterapia que ayude a ver que hay otras formas de tomarse la vida.
Marcelo Rodríguez
Para identificarse como "D"
Para conocer el grado de riesgo cardiovascular que implica cada una de las afirmaciones que conforman el test DS14, diseñado por el belga Johan Denolle en base a investigaciones clínicas con más de 2500 pacientes, es necesario conocer muchos otros datos, porque la ponderación varía según la edad, el sexo, el estado clínico y muchos otros factores.
Pero para saber cuán cerca se está de la "personalidad tipo D" y empezar a pensar cómo cambiar de estilo de vida, las 14 afirmaciones –cada una de las cuales deberá ser calificada con sinceridad como "falsa", "casi falsa", "neutra", casi verdadera" o "verdadera" según sea el caso– son las siguientes:
1.– Establezco contacto fácilmente cuando conozco gente.
2.– A menudo, "me ahogo en un vaso de agua" por asuntos insignificantes.
3.– Suelo hablarle a extraños.
4.– A menudo me siento infeliz.
5.– Me irrito con frecuencia.
6.– En las relaciones sociales a menudo me siento inhibido.
7.– Tengo una visión pesimista de las cosas.
8.– Me cuesta iniciar una conversación.
9.– Frecuentemente estoy mal de ánimo.
10.– Soy una persona cerrada.
11.– Prefiero poner distancia respecto de los demás.
12.– A menudo me encuentro preocupado por algo.
13.– A menudo me siento decaído.
14.– No encuentro cosas apropiadas de las que hablar al socializar.
viernes, marzo 21, 2008
SÍNDROME METABÓLICO: ENEMIGO DEL CORAZÓN

El síndrome metabólico no es una sola enfermedad, es la asociación de varias anomalías metabólicas. Se trata del punto final de dos situaciones: la obesidad central (localizada en el abdomen) y la resistencia a la insulina, una reacción propiciada por la obesidad y el sedentarismo y que precede a la diabetes. Pero también incluye alteraciones del metabolismo de la glucosa (azúcar), en concreto, hiperglicemia leve en ayunas (110-126 mg/dl); alteraciones del perfil lipídico, es decir, aumento de triglicéridos (150-250 mg/dl), descenso del colesterol HDL (popularmente conocido como colesterol "bueno") e hipertensión arterial leve.
Todas estas anomalías metabólicas se consideran como tales cuando se superan determinados puntos de corte según distintas clasificaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Panel del Tratamiento de Adultos (ATP-III) y la Federación Internacional de Diabetes (IDF). Se considera que una persona sufre síndrome metabólico cuando cumple al menos tres de los criterios expuestos.
Enfermedad moderna
El síndrome metabólico se extiende en las sociedades modernas de forma imparable. La OMS ha calificado la obesidad como la epidemia mundial del siglo XXI y el problema de salud pública número uno. Al exceso de peso se asocian, entre otras patologías, la diabetes y, por supuesto, el síndrome metabólico. Son enfermedades propiciadas por la vida urbana y los cambios en los estilos de vida y de alimentación, como el abandono de una dieta tradicional rica en vegetales, cereales y frutas hacia una dieta occidental de preparación rápida, con alto contenido graso y calórico y pobre en fibra (hamburguesa, patatas fritas, pizza y bebidas de cola).
Tampoco ayuda la disminución de la actividad física relacionada con la mecanización de las actividades diarias y con los cambios en las manifestaciones recreativas de adultos y, en especial, de niños. Este binomio de dieta inadecuada y sedentarismo ha derivado en un aumento de la población afectada por el sobrepeso y la obesidad. Y se ha pasado del sobrepeso a las alteraciones metabólicas que acompañan a la obesidad.
Población afectada
En España, uno de cada tres adultos cumple los criterios para sufrir síndrome metabólico. Pero la proporción es mayor entre la población obesa, ya que el 70%-80% sufren síndrome metabólico. Las personas más afectadas por obesidad y síndrome metabólico suelen pertenecer a los grupos sociales con menor nivel educativo y económico, ya que tienden a consumir comida barata e hipercalórica que conduce a la obesidad.

El embarazo también es un estado especial de la mujer en el que, debido al aumento de peso, puede aparecer hipertensión arterial y desarrollar diabetes gestacional. Una situación circunstancial que no debe considerarse síndrome metabólico, a menos que la embarazada ya lo padezca antes de la gestación o lo desarrolle después del parto si no consigue perder la mayoría del peso ganado durante la gestación.
La pista: el perímetro de la cintura


Tratamiento
El tratamiento del síndrome metabólico consiste en abordar cada uno de los factores que han provocado su aparición para intentar revertirlo. El primer objetivo del tratamiento es la obesidad, que se define como un índice de masa corporal (o IMC) superior a 30. El IMC se obtiene de dividir los kilogramos que pesa una persona por su altura en metros al cuadrado (kg/m2). Después del tabaco, la obesidad es el segundo factor de riesgo de muerte cardiovascular modificable. Se sabe, además, que las personas obesas tienen más probabilidades de sufrir síndrome metabólico respecto a las que tienen sobrepeso (IMC mayor que 25). Es muy posible que la convivencia de varios problemas de salud asociados obligue a que médicos internistas y cardiólogos deban implicarse en la atención de estos pacientes.
Vuelta atrás

Fuente: Consumer.es
lunes, marzo 10, 2008
LOS "ATRACONES" Y LA OBESIDAD

Infórmese para estar al día, el conocimiento crece y se acumula mucha información, en los artículos contenidos en este sitio encontrará una selección de temas relevantes y pertinentes tanto sea usted profesional como persona con obesidad.
Entendiendo la obesidad del adulto
Más del 60% de los estadounidenses mayores de 20 años de edad están en sobrepeso corporal.
Para la mayoría de las personas, el término obesidad significa ser muy excedido de peso. Los profesionales de la salud definen al sobrepeso como un exceso del monto de peso corporal incluyendo músculos, huesos, grasa y agua.
Obesidad específicamente se refiere a un exceso del monto de grasa corporal. Algunas personas tales como los fisicoculturistas u otros atletas con mucho músculo pueden tener sobrepeso sin ser obesos.
Cualquiera necesita un cierto monto de grasa corporal para almacenar energía, aislar al cuerpo para mantenerlo caliente, absorver golpes y otras funciones. Como una regla, las mujeres tienen más grasa corporal que los hombres.
La mayoría de los prestadores de salud están de acuerdo en que hombres con más del 25% de grasa corporal y mujeres con más del 30% de grasa (tejido adiposo) son obesos.
Medir exactamente la grasa del cuerpo no es tarea sencilla. La más precisa medición se realiza sumergiendo a una persona en agua o empleando el test de Rayos X denominado "Dual Energy X-Ray Absorptiometry" (DEXA).
Estos métodos no son prácticos para las personas promedio y se realizan sólo en centros de investigación con equipo especial.
Hay métodos simples para estimar la grasa corporal. Uno es mensurar la delgadez de un pliegue de grasa justo debajo de la piel, en varios lugares del cuerpo.
Otro implica enviar una cantidad de electricidad inofensiva a través del cuerpo de una persona.
Ambos métodos se usan en los clubes de salud y en los programas comerciales para perder peso.
Los resultados de estos métodos pueden ser imprecisos si se realizan por personas inexpertas o en alguien con obesidad severa.
A causa de las dificultades, los prestadores de la salud a menudo buscan otras formas o medios para diagnosticar obesidad.

Un problema con estas tablas es que hay muchas versiones, todas con diferentes rangos de peso.
Un cuarto de los norteamericanos adultos son casi obesos exponiéndose al creciente riesgo por enfermedades crónicas tales como las cardiopatías, diabetes Tipo 2, presión arterial elevada, accidentes cerebrovasculares y algunas formas de cáncer.
Otro problema es que no distinguen entre exceso de grasa y de músculos.
Una persona muy musculosa aparece como obesa según estas tablas, cuando él o ella no lo son. En años recientes, el índice de masa corporal IMC (BMI) ha venido a ser el estándar médico empleado para evaluar sobrepeso y obesidad.
El IMC emplea una fórmula de base matemática sobre el peso y la altura de las personas. El IMC es igual al peso en Kgs. dividido por la altura en metros al cuadrado (IMC= Kg/m2).
Por consiguiente los rangos de IMC mostrados en una tabla no son rasgos exactos de salubre o insalubre peso, son guías usables.
Un IMC de 25 a 29,9 indica que una persona tiene sobrepeso. Alguien con IMC de 30 o mayor es considerada obesa.
Igual que las tablas de peso por altura, el IMC (BMI en inglés) no muestra la diferencia entre exceso de grasa y músculos. Como sea el IMC está más asociado a la grasa corporal. También predice el desarrollo de problemas de salud relacionados con peso excesivo. Por estas razones el IMC (BMI) es usado ampliamente por los prestadores de salud.
Los profesionales están interesados no solamente en cuanta grasa una persona tiene, también donde se encuentra localizada en el cuerpo.
Las mujeres típicamente juntan grasa en sus caderas y cglúteos, dando forma de pera a su cuerpo. Los varones habitualmente desarrollan tejido adiposo en su abdomen, teniendo así forma de manzana.
Hay hombres con forma de pera y algunas mujeres con forma de manzana, especialmente luego de la menopausia. Si usted acumula adiposidades principalmente alrededor de su cintura, usted está más vinculado a desarrollar problemas de salud.
Mujeres con una medida de cintura mayor a 35 pulgadas y hombres con una medida de cintura mayor de 40 pulgadas tienen un alto riesgo a causa de la distribución de su grasa.
En términos científicos, ocurre obesidad cuando una persona consume más calorías que él o ella queman (la grasa es energía almacenada para luego destinar a la combustión interna de los procesos del metabolismo).
Lo que causa el desbalance entre calorías ingresadas y calorías egresadas puede diferir de una persona a otra. Genética, ambiente, causas psicológicas y otros factores pueden todos jugar una parte.
La obesidad tiende a darse en familias, sugiriendo una causa genética. Cierto que las familias comparte la dieta y el estilo de vida que pueden contribuir a la obesidad.

En un estudio, adultos que fueron adoptados cuando eran niños tenían pesos cercanos a sus parientes biológicos más que a sus parientes adoptivos.
En estos casos la estructura genética tiene más influencia sobre el desarrollo de obesidad que el ambiente en el hogar de la familia adoptiva.
Los genes no destinan irremediablemente a la gente a la obesidad. El ambiente tiene una fuerte influencia en la obesidad. Esto incluye el estilo de vida, la conducta alimentaria y el nivel de actividad física.
Los norteamericanos y en general, en la vida urbana hoy, tienden a comer alimentos con mucha grasa y ponen gusto y conveniencia por delante de la nutrición. La mayoría no logra suficiente actividad física.
Usted no puede cambiar su composición genética, si puede cambiar sus hábitos alimentarios y nivel de actividad.
Factores físicos pueden también influenciar hábitos de alimentación. Mucha gente come en respuesta a emociones negativas tales como el aburrimiento, el enojo o la infelicidad.
La mayoría de la gente con sobrepeso no suelen tener más problemas psicológicos que otras personas de peso normal. Hasta un 10% de las personas medianamente obesas intentando perder peso por su cuenta o a través de programas de reducción de peso tienen desórdenes de la conducta alimentaria y suelen estar vinculadas a síntomas de depresión o baja autoestima.
Estas personas pueden tener más dificultad para perder peso y mantenerlo bajo que aquellas sin desórdenes de la conducta alimentaria.
Si usted tiene exceso de peso por desórdenes alimentarios busque ayuda de profesionales tales como un psiquiátra, psicólogo o médico clínico al menos.
Algunas enfermedades pueden llevar a la obesidad o a la tendencia a ganar peso. Estas incluyen al hipotiroidismo, el sindrome de Cushing, depresión y ciertos problemas neurológicos que llevan a la sobreingesta.
También, drogas tales como los esteroides y algunos antidepresivos pueden dar ganancia de peso.
Un médico puede decir si hay condiciones subyacentes causando ganancia de peso o dificultando la pérdida de peso.
La obesidad es más que un problema cosmético, es un riesgo para la salud. Aproximadamente 280.000 adultos mueren en USA cada año por causas relacionadas con la obesidad.
Varias condiciones médicas serias están vinculadas a la obesidad, por ejemplo: diabetes Tipo 2, enfermedades del corazón, hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares.
La obesidad también están relacionada con ciertos cánceres en mayor frecuencia. Los hombres obesos son más propensos que los no obesos a morir de cáncer de colon, recto o próstata. Mujeres obesas son más propensas que las obesas a morir de cáncer de bejiga, mama, útero, cuello de útero o ovarios.
La mayoría de los profesionales de la salud generalmente están de acuerdo que las personas obesas son vulnerables para desarrollar problemas de salud.

Much gente piensa que las personas obesas son glotonas, perezosas, o ambas, pero pensando bien esto no es verdad. Como resultado, la gente obesa a menudo encara prejuicio o discriminación en el mercado laboral, la escuela y en situaciones sociales. Sentimientos de rechazo, verguenza o depresión, son comunes.
Los profesionales de la salud generalmente acuerdan que personas que tienen un IMC de 30 o más pueden mejorar su salud a través del descenso de peso. Esto es especialmente verdad para aquellos severamente obesos.
Prevenir adicionales aumentos de peso es recomendable si usted tiene un IMC entre 25 y 29,9 a menos que usted tenga factores de riesgo adicionales. Los expertos en obesidad recomiendan que usted intente bajar de peso si tiene:
- Parientes cercanos que han tenido enfermedades cardíacas o diabetes
- Sobrepeso
Afortunadamente una pérdida de peso del 5 al 10% pueden hacer mucho para mejorar su salud por descenso de la presión arterial y niveles de colesterol. En adición, recientes investigaciones han mostrado que 5 a 7% de pérdida de peso puede prevenir la diabetes Tipo 2 en personas de alto riesgo para esta enfermedad.
El método de tratamiento depende de su nivel de obesidad, condiciones generales de salud y motivación para bajar de peso. El tratamiento puede incluir una combinación de dieta, ejercicios, modificación de la conducta y a veces drogas para bajar de peso. En algunos casos de obesidad severa, la cirugía gastrointestinal puede ser recomendable.
Fuente: WIN (Weight-control Information Network)
miércoles, febrero 27, 2008
EL EXCESO DE PESO ASOCIADO A 13 TUMORES

MADRID.- 141 artículos científicos y 282.137 casos de cáncer han servido para confirmar lo que otros expertos han venido advirtiendo: los kilos de más no sólo causan infartos y diabetes, sino también cáncer. Según una gran revisión de estudios, publicada en la revista ‘The Lancet’, un índice de masa corporal (relación entre el peso y la altura) elevado se asocia con más de una docena de tumores.
Tal y como resume el comentario que acompaña al trabajo, “este amplio meta-análisis, que incluye muchos estudios recientemente publicados, avala fuertemente las evidencias previas de que un excesivo peso corporal aumenta el riesgo de cáncer en casi todas partes“. A saber: cáncer renal, de colon, de tiroides, adenocarcinoma esofágico, y, en menor medida, mieloma múltiple, leucemia y linfoma no Hodgkin. Además, entre los hombres gordos se dan más tumores rectales y melanomas malignos, mientras entre las mujeres con exceso de peso se desarrollan más tumores de vejiga, páncreas y endometrio, además de cánceres de mama posmenopáusicos.
“Muchas de las asociaciones observadas entre el aumento del IMC [índice de masa corporal] y el riesgo de cáncer es para tumores que no están relacionados con el tabaquismo. Posiblemente, a medida que disminuya el consumo de tabaco (que es la mayor causa de tumores en países desarrollados), el exceso de peso podría convertirse en el principal factor del estilo de vida que contribuye a la aparición de cáncer en estos países”, estiman los autores, procedentes de las universidades de Manchester (Reino Unido) y Berna (Suiza).
Según su riguroso estudio, por cada cinco puntos que aumentaba el índice de masa corporal, los hombres tenían un 52% más de probabilidades de desarrollar un adenocarcinoma esofágico, mientras que, en las féminas, el riesgo de desarrollar un cáncer de endometrio o vejiga crecía un 59%. Esos cinco puntos corresponderían con aumentos de peso de unos 15 kilos en hombres y 13 kg en mujeres para personas con un peso normal (IMC de 23), según calculan los investigadores.
Estos expertos utilizaron el baremo del índice de masa corporal porque era el que aparecía con más frecuencia en los estudios para medir el exceso de peso. “Sin embargo, las medidas de la obesidad abdominal, como el contorno de la cintura o la relación cintura/cadera, puede ser mejor predictor del riesgo de cáncer, como en el caso del riesgo cardiovascular”, estiman las autoras del comentario, dos epidemiólogas nutricionales del Instituto Karolinska (Estocolmo, Suecia).
Novedades e incógnitas
Hasta ahora, la mayoría de los trabajos que analizaban el binomio peso/cáncer habían estudiado la relación del exceso de peso con tipos concretos de cáncer. A comienzos de este año, el World Cancer Research Fund dio un paso más, concluyendo que el exceso de grasa se relacionaba con seis tipos de cáncer. “Nuestros hallazgos amplían los resultados de informes previos, para mostrar asociaciones entre un aumento del IMC y el riesgo de cáncer para tumores menos comunes y la evidencia que las asociaciones pueden diferir entre hombres y mujeres para algunas localizaciones, sobre todo en el cáncer de colon [asociado a hombres gordos, pero apenas a mujeres]”, explican los autores.
Lo que prácticamente no difería era el riesgo a lo largo y ancho del globo: la relación entre el cáncer y el exceso de peso se detectó en estudios europeos, americanos y asiáticos. Únicamente el riesgo de desarrollar un tumor de mama en la menopausia parecía ser más frecuente entre mujeres de la región Asia-Pacífico que eran obesas o tenían sobrepeso.
Pese a estas respuestas, los autores reconocen que todavía quedan diferentes cuestiones que resolver en cuanto al exceso de peso. “Tenemos que saber si las intervenciones eficaces para reducir el IMC en poblaciones adultas reducirán los riesgos de cáncer. Este conocimiento nos permitirá diseñar estrategias de salud pública para evitar los tumores relacionados con la obesidad en todo el mundo”, concluyen.
Fuente: El Mundo
viernes, enero 18, 2008
DE LA CINTURA AL CORAZÓN
El exceso de cintura perjudica al corazón
La acumulación de grasa visceral, que se traduce en forma de barrigas prominentes, puede multiplicar por cuatro el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Con la edad nuestras arterias envejecen y aumenta el riesgo de padecer un infarto o un accidente vascular cerebral. No podemos parar el reloj pero podemos intentar corregir todas aquellas causas que aceleran el deterioro. A las ya conocidas como el tabaco o el colesterol, el tener una barriga prominente ha demostrado ser uno de los factores que más aumentan nuestro riesgo cardiovascular. Recientemente han aparecido datos que revolucionan el concepto que hasta ahora se tenía. Más importante aún que el hecho de tener un peso por encima de lo normal es la acumulación de grasa en ciertas partes del cuerpo.
A estas alturas todos sabemos que los kilos de más son perjudiciales para la salud pero en estos últimos años se ha definido un nuevo concepto muy importante del que no se había hablado antes: el de la grasa visceral.
La grasa visceral es la que se deposita en el abdomen, alrededor de los órganos. Esta acumulación de tejido adiposo provoca una serie de trastornos que van más allá de un simple problema estético: altera el colesterol (sube el malo y baja el bueno) aumentan los triglicéridos, sube la tensión arterial y se ponen en marcha fenómenos que incrementan la coagulación y producen inflamación de los vasos sanguíneos.
El metabolismo de la glucosa también se altera ya que las células grasas segregan una hormona, la adinopectina, que facilita la acción de la insulina. Cuando se da acumulación de grasa visceral disminuye la producción de esta hormona, lo que podría explicar la tendencia al desarrollo de diabetes en las personas obesas.
De la cintura al corazón
A los que todavía no están convencidos de que esos michelines que tan poco gustan frente al espejo son también poco saludables, les interesará conocer los resultados de varios estudios que demuestran que la grasa acumulada dentro del abdomen es peligrosa, en especial para el corazón.
Entre los distintos trabajos presentados en la última reunión anual del Colegio Americano de Cardiología destaca por su importancia el estudio IDEA en el que participaron 63 países con un total de 168.159 pacientes. Los resultados corroboran que existe una fuerte relación entre el perímetro de la cintura y las enfermedades cardiovasculares, independientemente del peso.
Los cardiólogos son conscientes del tema y se han puesto manos a la obra: la Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón han llevado a cabo campañas de divulgación con eslóganes como «Meter el corazón en cintura» o «De la cintura al corazón». Estas campañas intentan concienciar también a los propios médicos, ya que muchos controlan el peso y la tensión arterial de sus pacientes pero todavía pocos miden la cintura.
El espejo y la cinta de medir

Pero si tenemos en cuenta que el problema no es solo tener mas grasa de la debida sino también el lugar en donde se deposita, es importante mirarse al espejo para saber como se distribuye. Dependiendo de las zonas donde se acumula el tejido adiposo, la figura puede adquirir la forma de una pera o de una manzana. La figura es de pera cuando la grasa se encuentra en caderas, glúteos y muslos; en cambio, parecerá una manzana si se acumula sobretodo en el área del abdomen.
La figura de manzana es la que comporta un mayor riesgo. Es más propia del hombre aunque las mujeres también la padecen. La obesidad en forma de pera, típica de la mujer, conlleva un menor riesgo aunque, en ningún caso debe descuidarse.
El perímetro de la cintura está aumentando en los últimos años. En concreto, en España, el 30% de los varones y el 37% de las mujeres tienen una cintura mayor de lo recomendable. Si tenemos en cuenta que el 14% de la población tiene sobrepeso, significa que hay muchos individuos que no están gordos pero que en cambio tienen barriga y, por lo tanto, mayor riesgo cardiovascular.
Qué es el riesgo cardiovascular
El riesgo cardiovascular es la probabilidad de padecer en el futuro una enfermedad del aparato circulatorio que puede acabar desembocando en infarto de miocardio o en accidente vascular cerebral en sus dos manifestaciones más extremas. Cada individuo tiene un riesgo concreto que depende de varios factores que cuando se suman, hacen que la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas se multiplique de forma exponencial.
La edad es lo primero a tener en cuenta, ya que conforme envejecemos por fuera también lo hacen nuestras arterias. Por cada 16 años que pasan se triplica la posibilidad de padecer algún tipo de problema. Por su parte, el sexo también juega un papel: hombres y mujeres presentan riesgos somos distintos debido a que las hormonas femeninas tienen un efecto protector. Esta ventaja, no obstante, desaparece al llegar la menopausia.
Otros factores a tener en cuenta son el tabaco (los fumadores tienen mayor riesgo), la hipertensión y los niveles de colesterol. Y, por supuesto, la obesidad. A esta lista debe añadirse desde ahora el volumen de grasa visceral o, lo que es lo mismo, el exceso de barriga.
Fuente: Consumer.es
miércoles, octubre 24, 2007
DIETA PARA QUIEN DEJA DE FUMAR

Hay factores que al dejar de fumar predisponen a ganar peso. Dejar el tabaquismo afecta a las hormonas, al sistema nervioso, al sentido del gusto y del olfato, a la capacidad de digerir y asimilar los nutrientes de los alimentos. En el aspecto psicológico, influye en el padecimiento de ansiedad e insomnio que de alguna forma hay que combatir, y comer da la sensación de que se superan.
¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando se deja de fumar?
La nicotina es el componente más adictivo del tabaco. En la persona que fuma, dicha sustancia actúa disminuyendo su apetito, los movimientos musculares a lo largo de todo el sistema digestivo (en especial a nivel de estómago e intestino), necesarios para la digestión de los alimentos. Actúa también reduciendo la función de la vesícula biliar -almacén de bilis- necesaria para la asimilación de las grasas-, y de otras secreciones digestivas, lo que dificulta el aprovechamiento de los nutrientes de los alimentos.
No sólo la nicotina, sino el resto de componentes del tabaco, actúan sobre nuestro organismo. Por ello, cuando se deja de fumar el cuerpo acusa una serie de efectos a distintos niveles, como son:
Aumenta el estrés y la ansiedad, por un estímulo extra del sistema nervioso (se produce más adrenalina) lo que puede conducir a comer más de lo debido, y sobre todo peor, o alimentos más calóricos y menos nutritivos.
Mejora el sentido del gusto y del olfato. Se disfruta más de lo que se come. Esto puede hacer que se coma más cantidad de alimentos de los que se está acostumbrado, haciendo la dieta más calórica.
La digestión y el aprovechamiento de los nutrientes es más eficaz. El consumo de tabaco se acompaña de una mayor secreción ácida en el estómago. Cuando se deja de fumar los niveles de estas sustancias ácidas se normalizan y mejora el movimiento de las paredes intestinales con lo cual aumenta la absorción de los alimentos y mejora su asimilación.
Aún así, si se lleva a cabo una alimentación adecuada y se realiza algo de ejercicio, dejar de fumar no implica que forzosamente se vaya a engordar.
Razones para dejar de fumar.
Una vez se ha tomado en firme la decisión de dejar de fumar y se pretende romper con las cadenas que te atan a la nicotina, no está de más recordar las ventajas de abandonar el tabaquismo. Toma nota de las 10 primeras razones para dejar de fumar:
- Mejora la circulación y la oxigenación de la sangre.
- Se normalizan los niveles de presión arterial.
- Se reduce el riesgo que implica el tabaco frente a enfermedades bucales, de corazón y ciertos cánceres como el de garganta y pulmón.
- Desaparece la pesada tos de las mañanas.
- Mejora el sentido del gusto y el olfato, y se disfruta más de lo que se come.
- Los dientes dejan de estar coloreados y el aliento es más fresco.
- La ropa, el cabello y el cuerpo dejan de oler siempre a tabaco. El perfume dura más.
- Mejora el aspecto físico, la tersura de la piel y el pelo tendrá más brillo.
- Devuelve vitalidad y se tolera mejor el esfuerzo físico.
- Es el momento de concederse caprichos de los que te estaba privando el tabaco.
Normas básicas para no engordar al dejar de fumar:
CANTIDADES A MEDIDA
Las cantidades de cada plato deben distintas según las particularidades de cada uno; teniendo en cuenta que las raciones medias para los primeros platos son 2 cazos, y 130-150 gramos para las carnes y los pescados.
PAN DIARIO:
Incluir pan en comida y cena, y la cantidad que se propone en cada una de esas tomas es de unos 50 gramos (1 rebanada de 5 dedos de grosor del de barra). Si en el menú del día hay pasta o arroz o legumbre, es preferible reducir la cantidad que se sugiere de pan. La mejor elección es el integral, puesto que al ser rico en fibra aporta mayor sensación de saciedad.

Puedes reemplazarlo por edulcorantes no calóricos como la sacarina y el ciclamato.
ACEITE COMIDA Y CENA:
Se ha de utilizar con moderación. El aceite de oliva es más adecuado para freír porque aguanta más las altas temperaturas que los de las semillas - girasol, maíz, soja - pero en crudo pueden emplearse todo tipo de aceites. Eso sí, al tener un sabor más fuerte, el de oliva suele precisarse en menor cantidad que los de semillas, lo que supone menos calorías.
EN LA DESPENSA HAY QUE TENER:
Leche desnatada o semidesnatada, pan tostado, fruta del tiempo, lechuga, yogures desnatados, huevos, patatas, infusiones, soja, pasta, queso fresco, arroz.
LOS MENÚS DEBEN CONTENER EN GRAN MEDIDA:
Verduras frescas o congeladas, fundamentalmente espinacas, acelga, tomate, puerro, brócoli y judías verdes y guisantes. Legumbres: lentejas y garbanzos. Pescado fresco o congelado, fundamentalmente merluza y bacalao. Pollo, conejo o pavo.
Cada vez que se sientan ganas de fumar, beber un vaso de agua
La nicotina es soluble en agua por lo que es bueno beber abundante agua durante todo el día (al menos 6-8 vasos diarios).
Echar mano de alimentos que limpian el organismo
Haz acopio de frutas y verduras fáciles de comer y muy eficaces para combatir el apetito y la ansiedad como el apio, los espárragos fresco, peras y las manzanas.
Si se necesita, ayudarse de complementos dietéticos
- Cola de caballo
- Diente de león
- Ortosifón
- Vara de oro
- Gayuba
Además de agua se pueden beber infusiones
- té rojo
- té verde
O bebidas light u otras bebidas vegetales
No al chocolate
Cuando se sientan las ganas de dulce, optar por un yogur de frutas desnatado, unos biscotes que se toman junto con una mermelada sin azúcar añadido o un plátano. Son alimentos de agradable sabor dulce, menos energéticos que el chocolate y que aportan mayor sensación de saciedad.
Caramelos y chicles sin azúcar
También son útiles como sustitutivo del cigarrillo.
No al alcohol
Bajo sus efectos se pueden sentir de nuevo ganas de fumar. En caso de tener el hábito, se debe consumir con moderación. Limitar a 1 vaso ó 1 botellín pequeño la ingesta diaria de bebidas alcohólicas de baja graduación como cerveza o sidra o vino si eres mujer, o a 2 de dichas unidades, si eres hombre.
Moderar los estimulantes
Sustituir las bebidas y alimentos estimulantes -café, bebidas de cola, chocolate...-, por malta o descafeinado, infusiones relajantes, zumos, etc., ya que los estimulantes aumentan la ansiedad y pueden hacer que comas mayor cantidad de lo que necesitas en realidad.
Evitar condimentos fuertes
La mostaza, la pimienta, y el chile estimulan el apetito y crean hábito.
Fuente: Consumer.es
DIETA PARA QUIEN DEJA DE FUMAR

Hay factores que al dejar de fumar predisponen a ganar peso. Dejar el tabaquismo afecta a las hormonas, al sistema nervioso, al sentido del gusto y del olfato, a la capacidad de digerir y asimilar los nutrientes de los alimentos. En el aspecto psicológico, influye en el padecimiento de ansiedad e insomnio que de alguna forma hay que combatir, y comer da la sensación de que se superan.
¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando se deja de fumar?
La nicotina es el componente más adictivo del tabaco. En la persona que fuma, dicha sustancia actúa disminuyendo su apetito, los movimientos musculares a lo largo de todo el sistema digestivo (en especial a nivel de estómago e intestino), necesarios para la digestión de los alimentos. Actúa también reduciendo la función de la vesícula biliar -almacén de bilis- necesaria para la asimilación de las grasas-, y de otras secreciones digestivas, lo que dificulta el aprovechamiento de los nutrientes de los alimentos.
No sólo la nicotina, sino el resto de componentes del tabaco, actúan sobre nuestro organismo. Por ello, cuando se deja de fumar el cuerpo acusa una serie de efectos a distintos niveles, como son:
Aumenta el estrés y la ansiedad, por un estímulo extra del sistema nervioso (se produce más adrenalina) lo que puede conducir a comer más de lo debido, y sobre todo peor, o alimentos más calóricos y menos nutritivos.
Mejora el sentido del gusto y del olfato. Se disfruta más de lo que se come. Esto puede hacer que se coma más cantidad de alimentos de los que se está acostumbrado, haciendo la dieta más calórica.
La digestión y el aprovechamiento de los nutrientes es más eficaz. El consumo de tabaco se acompaña de una mayor secreción ácida en el estómago. Cuando se deja de fumar los niveles de estas sustancias ácidas se normalizan y mejora el movimiento de las paredes intestinales con lo cual aumenta la absorción de los alimentos y mejora su asimilación.
Aún así, si se lleva a cabo una alimentación adecuada y se realiza algo de ejercicio, dejar de fumar no implica que forzosamente se vaya a engordar.
Razones para dejar de fumar.
Una vez se ha tomado en firme la decisión de dejar de fumar y se pretende romper con las cadenas que te atan a la nicotina, no está de más recordar las ventajas de abandonar el tabaquismo. Toma nota de las 10 primeras razones para dejar de fumar:
- Mejora la circulación y la oxigenación de la sangre.
- Se normalizan los niveles de presión arterial.
- Se reduce el riesgo que implica el tabaco frente a enfermedades bucales, de corazón y ciertos cánceres como el de garganta y pulmón.
- Desaparece la pesada tos de las mañanas.
- Mejora el sentido del gusto y el olfato, y se disfruta más de lo que se come.
- Los dientes dejan de estar coloreados y el aliento es más fresco.
- La ropa, el cabello y el cuerpo dejan de oler siempre a tabaco. El perfume dura más.
- Mejora el aspecto físico, la tersura de la piel y el pelo tendrá más brillo.
- Devuelve vitalidad y se tolera mejor el esfuerzo físico.
- Es el momento de concederse caprichos de los que te estaba privando el tabaco.
Normas básicas para no engordar al dejar de fumar:
CANTIDADES A MEDIDA
Las cantidades de cada plato deben distintas según las particularidades de cada uno; teniendo en cuenta que las raciones medias para los primeros platos son 2 cazos, y 130-150 gramos para las carnes y los pescados.
PAN DIARIO:
Incluir pan en comida y cena, y la cantidad que se propone en cada una de esas tomas es de unos 50 gramos (1 rebanada de 5 dedos de grosor del de barra). Si en el menú del día hay pasta o arroz o legumbre, es preferible reducir la cantidad que se sugiere de pan. La mejor elección es el integral, puesto que al ser rico en fibra aporta mayor sensación de saciedad.

Puedes reemplazarlo por edulcorantes no calóricos como la sacarina y el ciclamato.
ACEITE COMIDA Y CENA:
Se ha de utilizar con moderación. El aceite de oliva es más adecuado para freír porque aguanta más las altas temperaturas que los de las semillas - girasol, maíz, soja - pero en crudo pueden emplearse todo tipo de aceites. Eso sí, al tener un sabor más fuerte, el de oliva suele precisarse en menor cantidad que los de semillas, lo que supone menos calorías.
EN LA DESPENSA HAY QUE TENER:
Leche desnatada o semidesnatada, pan tostado, fruta del tiempo, lechuga, yogures desnatados, huevos, patatas, infusiones, soja, pasta, queso fresco, arroz.
LOS MENÚS DEBEN CONTENER EN GRAN MEDIDA:
Verduras frescas o congeladas, fundamentalmente espinacas, acelga, tomate, puerro, brócoli y judías verdes y guisantes. Legumbres: lentejas y garbanzos. Pescado fresco o congelado, fundamentalmente merluza y bacalao. Pollo, conejo o pavo.
Cada vez que se sientan ganas de fumar, beber un vaso de agua
La nicotina es soluble en agua por lo que es bueno beber abundante agua durante todo el día (al menos 6-8 vasos diarios).
Echar mano de alimentos que limpian el organismo
Haz acopio de frutas y verduras fáciles de comer y muy eficaces para combatir el apetito y la ansiedad como el apio, los espárragos fresco, peras y las manzanas.
Si se necesita, ayudarse de complementos dietéticos
- Cola de caballo
- Diente de león
- Ortosifón
- Vara de oro
- Gayuba
Además de agua se pueden beber infusiones
- té rojo
- té verde
O bebidas light u otras bebidas vegetales
No al chocolate
Cuando se sientan las ganas de dulce, optar por un yogur de frutas desnatado, unos biscotes que se toman junto con una mermelada sin azúcar añadido o un plátano. Son alimentos de agradable sabor dulce, menos energéticos que el chocolate y que aportan mayor sensación de saciedad.
Caramelos y chicles sin azúcar
También son útiles como sustitutivo del cigarrillo.
No al alcohol
Bajo sus efectos se pueden sentir de nuevo ganas de fumar. En caso de tener el hábito, se debe consumir con moderación. Limitar a 1 vaso ó 1 botellín pequeño la ingesta diaria de bebidas alcohólicas de baja graduación como cerveza o sidra o vino si eres mujer, o a 2 de dichas unidades, si eres hombre.
Moderar los estimulantes
Sustituir las bebidas y alimentos estimulantes -café, bebidas de cola, chocolate...-, por malta o descafeinado, infusiones relajantes, zumos, etc., ya que los estimulantes aumentan la ansiedad y pueden hacer que comas mayor cantidad de lo que necesitas en realidad.
Evitar condimentos fuertes
La mostaza, la pimienta, y el chile estimulan el apetito y crean hábito.
Fuente: Consumer.es
lunes, julio 09, 2007
Albergado de modo seguro junto a las costillas, el corazón late una y otra vez. Emplea los próximos 10 minutos en descubrir cómo cuidar tu corazón…

Tanto tú como tus amigos y familiares necesitáis saber cómo mantener un corazón saludable.
¿Cuál de los siguientes supuestos se pueden aplicar a tu caso?
■ Malos hábitos alimenticios
■ Falta de tiempo para hacer ejercicio
■ Sobrepeso
■ Fumador
■ Bebedor de más de dos dosis de alcohol al día
■ Siempre con prisas
■ Agotado/estresado
■ Das más de lo que recibes
■ Te sientes poco querido
■ Normalmente te sientes solo
■ Historial familiar de enfermedades coronarias
…todos los supuestos anteriores son “zonas de riesgo”
¡Necesitas protección! Sigue nuestras sencillas directrices para mantener un corazón saludable…
Todo guarda relación con el equilibrio; equilibrio en todos los aspectos de tu vida.
Cuando se tiene una vida equilibrada, la recompensa es la salud y la felicidad…
Mantén en equilibrio tu MENTE:
Reduce el estrés – Sin lugar a dudas se trata de un asesino.
Tomarse tiempo y buscar seriamente métodos para reducir los niveles de estrés podría, literalmente, salvarte la vida si eres propenso a padecer problemas coronarios.
Di que no – Si eres de esas personas que siempre intentan complacer a los demás y siempre dices “sí”, probablemente dejarás a un lado tus propias necesidades. Aprende a decir no y recupera el control de tu tiempo y tus energías.

Risas – En ocasiones nuestras vidas son tan ajetreadas y serias que olvidamos reservar tiempo para la diversión. La risa libera las endorfinas, lo que ayuda a mantenerte saludable, por lo tanto, busca y relaciónate con gente divertida, ve solo programas de televisión que te hagan reír y reduce el tiempo que pasas con gente negativa, ¡éstos minarán tu valiosa energía!
Vive el “presente” – El pasado, pasado está, no puedes cambiarlo. El futuro todavía no ha llegado, por lo tanto deja de preocuparte por los “qué pasaría si”. Céntrate en el presente, el momento en el que estás AHORA.
Mantén en equilibrio tu CUERPO:
Respira profundamente – La respiración superficial es común, especialmente en periodos de estrés. ¡El oxígeno ayuda a eliminar toxinas del organismo, a metabolizar las grasas y los carbohidratos, a eliminar virus, hongos y bacterias, y mucho más! Respira rítmica y profundamente(debería moverse el abdomen, no solo el pecho alto), y comprueba la diferencia: el pensamiento se hace más claro; te sientes más tranquilo y con más energía.
Ejercicio – Los estudios han probado que el ejercicio regular y moderado contribuye a mantener un corazón saludable. Tu cuerpo necesita movimiento para fomentar el flujo sanguíneo y los músculos necesitan ejercicio para permanecer más flexibles, tonificados y fuertes. ¡El corazón también es un músculo y se ha probado que el ejercicio regular fortalece el corazón! Caminar durante 30-40 minutos al día es el método más sencillo y eficaz de hacer ejercicio y es fácil introducirlo incluso en los estilos de vida más ajetreados. ¿Acaso la salud de tu corazón no merece un paseo diario?*
Sueño – Tu organismo necesita dormir para dar tiempo a repararse, mantenerse y rejuvenecerse. La falta de sueño va unida a un mayor riesgo de tener problemas coronarios, por lo tanto esas siete u ocho horas de la noche son esenciales, ¡no un lujo!
Aire puro – Si pasas el 90 por ciento del tiempo encerrado, es posible que respires un aire más contaminado de lo que nunca has imaginado. Un paseo diario de 30-40 minutos al aire libre es algo más que un simple ejercicio para tu cuerpo, te facilita la oportunidad de respirar aire puro y oxigenar el organismo.
Exceso de peso – El exceso de peso y los problemas de corazón en muchos casos van unidos. ¡Consigue ayuda: controla el peso, siéntete fenomenal; habla con un Entrenador Personal de Herbalife hoy!
Suplementos – Los alimentos frescos son susceptibles de perder rápidamente los nutrientes una vez que se cocinan. Se llaman nutrientes “esenciales” por una razón, el organismo no puede
producirlos, por lo que necesitarás obtenerlos de los alimentos que consumes. Los suplementos pueden ayudar a conseguir los nutrientes que se pierden cuando se carece de una buena nutrición.
Hazte no fumador – ¡Los estudios sugieren que cada cigarro que se fuma consume 25 gramos de la vitamina C que almacena tu cuerpo, ¡qué perdida tan inútil! Especialmente, si tienes en cuenta que la vitamina C juega un papel esencial a la hora de mantener las arterias flexibles. El tabaco es una sustancia peligrosa, evítala.
Estadísticas descorazonadoras:
Todos los años las muertes causadas por el tabaco superan los 1.200 millones en Europa (450.000 debido a enfermedades cardiovasculares). Las cifras correspondientes a las personas que fallecen en Europa debido a enfermedades cardiovasculares provocadas por el tabaco aumentaron en un 13% entre 1990 y 2000. (Fuente: http://www.ehnheart.org)
Alimentación – Por contra con un organismo plenamente funcional, es necesario que lo nutras del mejor modo posible.
Los alimentos grasos, pesados y la comida basura tienen un efecto dañino para tu organismo: la obesidad, la diabetes y los problemas de corazón podrían ser el resultado a largo plazo. Puedes mejorar tu dieta para favorecer la salud del corazón… Mira cómo:
• Intenta comer de 2 a 3 piezas de fruta y de 3 a 5 raciones de verduras al día. ¡Por una vez, más cantidad SIGNIFICA mejor!
• Toma, como mínimo, dos raciones de pescado graso a la semana: caballa, sardinas, arenques o salmón, que contienen ácidos grasos omega 3, conocidos por su capacidad para reducir el riesgo de problemas coronarios y por contribuir a mantener niveles saludables de colesterol.
• Reduce al mínimo el consumo de productos de harina blanca: galletas, pasteles y bollería. Toma alimentos integrales en su lugar, pan integral, pasta integral y arroz integral, que aportan más nutrientes esenciales y fibra dietética.
• Reduce el consumo de grasas saturadas y evita los alimentos que contienen aceites hidrogenados o ácidos transgrasos, que son sustancias artificiales que obstruyen las arterias y que a tu organismo le resulta difícil procesar y eliminar.
• Escoge cortes magros de carne roja y opta por consumir más pavo, pollo y caza.
• Bebe mucha agua – 2 litros al día te ayudarán a mantener hidratadas las células corporales. Bebe una mayor cantidad cuando hagas ejercicio o cuando haga calor.
• Reduce el consumo de sal para mantener baja la presión arterial.
• ¡Controla el tamaño de las raciones: Las comidas copiosas ejercen presión en el sistema digestivo y en el corazón!
• ¡Sustituye la comida rápida por alimentos nutritivos! Prueba 1 batido Fórmula 1 (mira la página de atrás), una comida sencilla, rápida y altamente nutritiva.
• Los suplementos no son un sustitutivo de una dieta saludable, pero son muchos los expertos nutricionales de todo el mundo que están de acuerdo en que al incluir un suplemento de buena calidad como los complementos multivitamínicos, estás proporcionando a tu organismo, de manera inteligente, un refuerzo a tu dieta diaria.
• ¿Preocupado por tu nivel de colesterol? Según los distintos estudios, la inclusión, como mínimo, de 25 gramos de proteína de soja como parte de una dieta con bajo contenido en grasas saturadas puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en la sangre. Por lo tanto, incluye más productos de soja en tu dieta.
• Las enfermedades cardiovasculares son la causa de casi la mitad de los fallecimientos que se producen en Europa (49%).
• Se calcula que las enfermedades cardiovasculares le cuestan a la UE 169.000 millones de euros al año.
Fuente: http://www.ehnheart.org
Fuente: http://www.heartstats.org
_______________________________________________________
Sabias palabras de nuestro experto en enfermedades coronarias…
“Mantener un sistema cardiovascular fuerte y saludable resulta esencial para la salud general y la
calidad de vida. Por lo tanto, ¿por qué esperar? Empieza a optar por opciones de vida hoy que te proporcionen el corazón de un campeón y la vida de un ganador.
”Luigi Gratton, M.P.H.,
Vicepresidente de Educación, Herbalife.
Si aún quieres más información sobre como llevar un estilo de vida saludable, pregunta a tu Asesor Personal de Bienestar de Herbalife sobre los programas personalizados de nutrición que sugiere Herbalife.
lunes, junio 18, 2007
DETÉN EL TIEMPO
En ese caso, lo tuyo es anti-aging. Las empresas estudian ampliar los habituales chequeos con los que retribuyen a sus ejecutivos con nuevas técnicas contra el envejecimiento.

Aquí el término anglosajón se traduce como anti-edad, y hace referencia a una aspiración del hombre desde que el mundo es mundo: retrasar el envejecimiento.
Aunque lleva a confusión, no está intimamente relacionado con la cirugía estética. La misión del anti-aging se acerca más a regular la alimentación, reajustar el sueño, controlar el cerebro y la memoria, revitalizar las células, ganar en movilidad y flexibilidad... Se trata no solo de estar más guapo por fuera sino de gozar de más energía interior.
Desde que los tratamientos destinados a mejorar la calidad de vida tienen nombre propio, anti-aging, las casa de cosmética y las de productos dietéticos entre otras, lo han aplicado a los artículos que fabrican con la esperanza de que todo lo que suene a detener el tiempo seducirá a sus clientes. Así la firma suiza de cosméticos de alta gama La Prairie está presente en este mercado con su crema Anti-aging Complex, de 178 euros, "eficaz tanto a los 30 como a los 50 años (...) para detener el proceso de envejecimiento de la piel" según el prospecto.

Dos nuevas clínicas
En cuanto al campo de la medicina, solo este año han recalado en España dos clínicas especializadas en anti-aging. La primera fue La Clinique de París, que forma parte de Harmonie, un holding empresarial europeo especializado en medicina preventiva. Uno de los ganchos que emplea para atraer clientes es la cantidad de pacientes ilustres que pisan sus sedes de Alicante, Ginebra, Hong-Kong, Tokio o Bangkok. Entre sus más fieles seguidores se hallan según la propia clínica, el presidente de la República Francesa, Jacques Chirac, el diseñador Paco Rabanne, la familia real de Qatar y Kimberli Wang, dueña de la mayor fortuna asiática y de los hoteles Sheraton. El centro prevé abrir sedes en 2007 en Barcelona, Madrid y Bilbao.

Los directivos y empresarios son el público natural de estos tratamientos, tanto por el precio del eamen como por el tipo de vida que llevan: sedentaria, estresada y, por lo general, mal alimentada. Así que corren el riesgo de sufrir enfermedades que los métodos anti-edad detectan y ayudan a paliar como las cardiovasculares (infartos) y las derivadas del estrés. "Por 1.000 euros se puede obtener un perfil genético completo [con información muy valiosa sobre el ADN de un ser humano, que contribuye a prevenir males hereditarios]", dice José Márquez-Serres, presidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad. Pero los tratamientos más caros rondan los 6.000 euros.
Este año, la Clínica Planas de Barcelona, pionera en la materia en España, ha establecido contactos con jefes de Recursos Humanos de emprsas que quieren incentivar a sus máximos ejecutivos con estos tratamientos. "También hemos hablado con un par de compañías de seguros médicos. Todos están interesados en ampliar los servicios que dan a los altos directivos de las multinacionales, pero todavía no se ha concretado nada. Claro que dado que cada vez conocen más el anti-aging, para 2007 esperamos que esos contactos fructifiquen", dice Javier Planas, gerente de la clínica que lleva su apellido.
¿Y no basta con un chequeo? Lo normal es que los seguors médicos que las empresas ofrecen a los ejecutivos incluyan la posibilidad de hacerse chequeos, cuyo precio medio en las clínicas con más prestigio oscila entre 1.000 y 2.000 euros, pero la medicina anti-aging va más allá. Un chequeo se limita normalmente a un análisis de sangre para obtener los niveles de azucar, ácido úrico y colesterol, entre otros; a una prueba de esfuerzo, un electrocardiograma y una radiografía de tórax para conocer el estado de los pulmones. Si el cliente es hombre y tiene más de 45 años se le examinará también la próstata.
En cambio, el anti-aging incluye un análisis más extenso. Mide el estrés oxidativo (que indica si el balance entre oxidantes y antioxidantes se desequilibra a favor de los primeros) y los polimortismos genéticos, es decir el código genético del paciente, que informa sobre su predisposición a adquirir ciertos males como la diabetes, el alzheimer o las enfermedades cardiovasculares, las más comunes en España. La prueba de estrés oxidativo sólo requiere el análisis de sangre y otro de orina, y para el de polimorfismos genéticos se extrae mucosa bucal.
La estética, un plus
Para contemplar el reconocimiento se suele contar con un entrenador que realiza un chequeo de psicomotricidad, reacciones nerviosas y oído. Y se añaden pruebas psicológicas para saber cómo está el cliente de agilidad mental, memoria y capacidad de concentración. No obstante, cada clínica añade o resta sus técnicas a este paquete básico. "En un día se realizan todas las pruebas y en una semana ya tenemos los resultados" explica Neus Tomás, experta en anti-aging del Centro Médico Teknon de Barcelona.

"No hay una duración del tratamiento determinada, pero los tratamientos anti-aging, por definición, suelen ser de por vida. Por ejemplo, si un paciente tiene déficit de omegas y antioxidantes, para gozar de una buena salud deberá tomar estos suplementos siempre", comenta un portavoz de La Clinique de Paris.
Muchos directivos recurren en ese momento a un plus estético que no está incluído en el precio de las pruebas anti-edad. "Los ejecutivos quieren elimininar las arrugas de expresión de sus caras con botox o se realizan una liposuccion de barriga. A ellos lo que más les preocupa es la nariz, el abdomen, los párpados y el envejecimiento facial", dice un estudio del Centro Médico Teknon. Neus Tomas ve por las consultas a más hombres que mujeres: "La mayoría de ellos tiene un promedio de 50 años, y muchas veces acuden acompañados de sus mujeres".
Fuente: Revista Sentirse Bien
miércoles, mayo 30, 2007
¿LOS HOMBRES SON MANZANAS?

Uno de los factores a tener en cuenta en el campo de la endocrinología, además del famoso Índice de Masa Corporal (IMC), para valorar el estado de nutrición y sus consecuencias futuras en la salud de la persona, es el Índice Cintura/Cadera (ICC) que es muy fácil de calcular y consiste en esto:
ICC:
Perímetro Cintura (cm.)
-------------------------------------
Perímetro Cadera (cm.)
Aquí una imagen para ver cómo tienen que medir cada perímetro.
El perímetro de la cintura se mide justo debajo de la última costilla y el de la cadera, a nivel de la zona más amplia más o menos por la zona de los glúteos.

ICC para mujeres:
0´71-0´84
ICC para Hombres:
0´78-0´93
ICC Estándar para ambos sexos:
0´80
Lo que nos reflejan estos valores es que las mujeres tienen, por características propias de su condición sexual, un perímetro de caderas relativamente más grande que la de los hombres, que tienen un perímetro de cintura mayor y de cadera menor.
Lo que hace que el ICC normal varíe un poco teniendo en cuenta el sexo de la persona. Esta diferente distribución de grasa se debe principalmente a influencias hormonales y se hace evidente desde la pubertad donde comienzan a manifestarse las primeras diferenciaciones sexuales.
Al patrón de distribución femenina de grasa, se le llama “forma de pera” mientras que al patrón de distribución masculina de grasa, se le llama “forma de manzana”. Ya que en el primero la grasa se “concentra” más a nivel de las caderas mientras que en el primero se aloja más en la cintura dando unas formas que, con un poco de imaginación, nos recuerdan a esas frutas:

En condiciones normales, esta diferencia del ICC para hombres y para mujeres puede no ser muy evidente para pesos normales y bajos. Sin embargo, conforme se van ganando kilos, las diferencias se hacen muy notables y los lugares en donde se acumula principalmente la grasa, crecen aún más. Lo que en la jerga popular vendría a ser:
Hombres: Barriga cervecera y flotador—–>Obesidad Androide—-> Obesidad en forma de Manzana
Mujeres: Cartucheras—> Obesidad Ginecoide—> Obesidad en forma de Pera
A pesar de que ambos tipos de obesidad son dañinos, es mucho más peligroso para la salud la barriga cervecera y el flotador que las cartucheras. Es decir, una obesidad en forma de manzana supone un riesgo mucho mayor que la de forma de pera. Por mucho que estemos acostumbrados a la manzana como símbolo de salud, en estos casos, la realidad es muy diferente.
Teniendo en cuenta las complicaciones con las que viene ya asociada la obesidad, si esta viene en forma de manzana vendrá con un extra adicional de enfermedades que muchas veces son proporcionales al perímetro de la cintura y son:
-Enfermedad Cardiovascular:
-Hipertensión Arterial
-Dislipemias
-Infarto de Miocardio
-Diabetes Tipo II
-Apnea del Sueño
Por el contrario, la obesidad en forma de pera es mucho menos dañina y no se asocia a los problemas comentados antes con tanta frecuencia. Sin embargo, los obesos que tienen forma de pera terminan con el tiempo desarrollando una en forma de manzana, ya sea mujer u hombre.
Así pues, no sólo hay que tener en cuenta en una obesidad la cantidad de grasa existente, sino donde se sitúa principalmente. Teniendo en cuenta que los hombres tienden a engordar a nivel de la cintura y las mujeres a nivel de la cadera, son éstas últimas las que salen mejor paradas cuando se empiezan a ganar kilos de más. Pero todo tiene un límite, a partir de ciertos kilos la obesidad en pera se convierte en manzana y se añaden entonces los riesgos propios de ésta.
Así que, si es hombre y tiene más de 102 cm. de perímetro de cintura o es mujer y tiene más de 88 cm. sepa que a partir de esas cifras comienza a estar en riesgo.
Fuente: Adam.com
miércoles, mayo 09, 2007
DIETA, DEPRESION Y ACIDOS OMEGA

El estado de ánimo depende en gran medida del equilibrio de nutrientes que modulan los alimentos que ingerimos. Estudios científicos encaminados a relacionar dieta y salud mental revelan que no todo queda en vitaminas y minerales, sino que los ácidos grasos omega 3 desempeñan un papel más que importante en ese maridaje.
Incluso más allá de las formas, somos lo que comemos. A tenor de las investigaciones bioquímicas, nuestra personalidad no es sólo un conjuro genético sino que depende de la dotación de nutrientes con que equipamos el organismo a través de la dieta. Un metaanálisis de 500 ensayos científicos llevado a cabo en el Reino Unido por la Mental Health Foundation y la Sustained Alliance for Better Farming and Food ha permitido a la investigadora Courtney Van de Weyer apuntar que avanzamos hacia modelos dietéticos favorecedores de las depresiones.

Van de Weyer concede una importancia capital a la progresiva sustitución de ácidos grasos omega-3 por omega-6. «Por medio de esta sutil transformación nos vemos expuestos a mayores problemas de memoria y concentración», volviéndonos más susceptibles a los estados depresivos, la apatía y la dificultad para la relajación (insomnio). La experta reconoce que los criterios dietéticos para una mente sana son los mismos que rigen para un cuerpo sano. «Lo que ocurre es que durante muchos años hemos venido sustituyendo los alimentos frescos comprados en paradas de mercado o recolectados en huertas y jardines por productos envasados o congelados de grandes almacenes», señala. En el contenido de estos productos, agrega, figuran aditivos, residuos de pesticidas y translípidos que, solos o en combinación, tienen un impacto en la función cerebral.
Abismo generacional

Celia Richardson, portavoz de la Mental Health Foundation, afirma en tono irónico que la transformación dietética que se está registrando tiene, por lo menos, un lado positivo: «las prescripciones de antidepresivos han crecido un 2.000 % durante los últimos 12 años», dice lacónica.
A sabiendas de que de una mala salud mental derivan múltiples problemas laborales y de salud, con un coste sanitario nada despreciable, el Gobierno británico se ha hecho eco del metaanálisis con un proyecto que pretende proscribir la propaganda de comida no saludable dirigida a niños y adolescentes, toda vez que promocionar los hábitos sanos. Asimismo, el Ministerio del Interior ha dado el visto bueno a un ensayo llevado a cabo con jóvenes presidiarios a fin de indagar en los efectos de una dieta rica en ácidos grasos omega-3 del pescado sobre la conducta antisocial. Richardson apoya este intento con la evidencia de estudios anteriores que revelaron que una terapia a base de fármacos suplementada con triptófano, un aminoácido, facilitaba una mejor recuperación en los estados depresivos.
Otra hipótesis sobre la que se trabaja es el papel del ácido fólico sobre la depresión. Un estudio publicado hace dos años por American Journal of Clinical Nutrition dio cuenta de niveles muy bajos de folatos en mujeres hispanas deprimidas y de cómo el estado depresivo mejoró con la suplementación de ácido fólico.
El papel de los omega 3

«Los ácidos grasos poliinsaturados desempeñan un papel de extraordinaria importancia en las funciones cerebrales, no sólo como componentes estructurales de las células nerviosas, sino como transmisores de señales químicas entre las neuronas», señala experta estadounidense. El feto, añade la investigadora, requiere gran cantidad de ácidos grasos omega 3 y omega 6 a lo largo de los últimos meses de embarazo. Por ello, apunta a la necesidad de que las futuras madres tengan en cuenta dicho requerimiento.
Freeman va incluso más allá y sugiere que la conocida depresión post-parto acontece por un agotamiento de las reservas de ácidos grasos omega 3 de la madre y que se solventa tan buen punto son remplazados. «Datos estadísticos revelan que entre un 10% y un 15% de las embarazadas padecen rasgos depresivos al término de la gestación y que la mitad repite sistemáticamente este tipo de depresión en sucesivos partos», apostilla. Estudios realizados sobre estas mujeres señalan un menor nivel de ácidos omega 3.
Fuente: Consumer.es
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miércoles, mayo 02, 2007
TABACO E HIPERTENSION
Las personas fumadoras tienden a salar más sus comidas por lo que son más propensas a desarrollar hipertensión arterial.
Las personas fumadoras, por lo general, tienden a añadir más sal a las comidas que las no fumadoras puesto que tienen alterado el sentido del gusto debido al tabaco. Si no corrigen a tiempo este hábito, tienen más riesgo de desarrollar hipertensión arterial a corto o medio plazo.
La mayoría de las comidas requiere una cantidad mínima de sal para que resulten apetecibles, lo cual no supone trastorno alguno para la salud, siempre y cuando la cantidad añadida de sal sea moderada. Sin embargo, muchas personas tienen la costumbre de dejar el salero sobre la mesa y echar más sal a los platos elaborados, y esto puede ser perjudicial para su salud si toman sal en exceso y de forma habitual. Y más si consumen habitualmente embutidos, conservas y precocinados, todos ellos alimentos ricos en sodio.
Las personas fumadoras tienen alterado el sentido del gusto por lo que no captan los sabores propios de los alimentos, y tienen la necesidad de añadir ingredientes salados o ácidos que penetran más fácilmente en el paladar. Si se añade mucha sal a las comidas, con el paso del tiempo el paladar se va adaptando a un nivel de sal cada vez más elevado. El consumo excesivo de sal puede provocar en el organismo de quienes fuman un mayor riesgo de hipertensión arterial. La hipertensión no es el único malestar que conlleva el exceso de sal en la dieta, también contribuye a retener líquidos, provoca agotamiento y calambres musculares, entre otros trastornos.
Prevenir la hipertensión a tiempo
Un hábito saludable es corregir a tiempo el consumo excesivo de sal y prevenir así el desarrollo de la hipertensión arterial. Si no se toman las medidas necesarias, una vez iniciada la enfermedad es más difícil normalizar los niveles de tensión. Para ello, el primer paso es reducir de forma paulatina la sal que se utiliza a la hora de cocinar y en la mesa, para ir disminuyendo poco a poco esa dependencia a los sabores salados. Retirar el salero de la mesa y no añadir más sal a los platos cocinados se convierte entonces en una buena costumbre.
Un truco muy práctico cuando se quiere reducir el consumo de sal y el paladar no está aún acostumbrado al sabor más natural de la comida, consiste en cocinar sin sal y añadir una pizca de sal cuando el plato ya está elaborado. De esta forma, se consigue que las papilas gustativas se estimulen rápidamente al contacto directo con la sal y que no se note tanto que la comida está cocinada sin ella. También se puede sustituir la sal común por sal marina que tiene un sabor más acentuado y permite emplear menor cantidad para sazonar las comidas.
Puesto que se reduce la cantidad de sal, puede ser útil potenciar el sabor de los platos empleando otros ingredientes que no perjudiquen a la salud. Una opción son los sabores ácidos; se puede añadir jugo de limón a los platos o cualquier tipo de vinagre ya que la oferta es cada vez más amplia. Otro recurso es emplear condimentos o hierbas aromáticas que aporten un sabor intenso a las comidas como el ajo, la cebolla, el orégano, el tomillo o el laurel. Los sabores picantes como la pimienta, las guindillas o la cayena -en su justa medida-, también son buenos sustitutos de la sal siempre que no haya contraindicación.
No obstante, la mejor forma para saborear plenamente las comidas es dejar de fumar. Cuando una persona fumadora habitual abandona el hábito, va notando cada vez más los sabores propios de los alimentos.
Fuente: Consumer.es
martes, abril 17, 2007
¡ACABEMOS CON LAS BARRIGAS!

¿Qué esperas para medir tu cintura?
Tener sobrepeso o estar obeso ya es en sí mismo un riesgo cardiovascular pero si esa obesidad se concentra en la parte media del cuerpo, el peligro es aún mayor. En los casos de obesidad abdominal se acumula tejido adiposo alrededor de algunos de los principales órganos del cuerpo. Esta grasa que acumulada alrededor del abdomen es especialmente peligrosa porque promueve alteraciones del colesterol total (baja el bueno y sube el malo), aumentan los triglicéridos, provoca resistencia a la insulina, aumenta el riesgo de padecer diabetes, sube la tensión arterial, provoca fenómenos pro-inflamatorios y pro-trombóticos. Así pues, la obesidad abdominal incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
En el marco de la XII Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión y Liga Española contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), celebrada recientemente en Sevilla, el Dr. Jean Pierre Després del Instituto de Cardiología del Hospital de Laval de Québec, presentó sus conclusiones alrededor de la relación entre adiposidad intra-abdominal y riesgo cardiometabólico. De este modo expuso la diferencia entre la grasa acumulada bajo la piel y la depositada internamente, denominada "grasa visceral".
Según el Dr. Després "el exceso de grasa visceral acumulada aumenta sustancialmente el riesgo de sufrir complicaciones cardiometabólicas". Y se entiende por riesgo cardiometabólico el riesgo global de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular y se determina mediante la presencia de factores de riesgo tradicionales, como aumento del nivel de colesterol LDL (colesterol malo), hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y tabaquismo; así como por la determinación de una serie de nuevos marcadores relacionados con la resistencia a la insulina.
Además, este experto comentó que "detrás de unos niveles altos de glucosa en sangre, o estado hiperglicémico, existen una serie de disfunciones metabólicas asociadas presentes en los pacientes con sobrepeso u obesos con exceso de obesidad abdominal y comorbilidades asociadas".El Dr. Després consideró "la obesidad abdominal como una importante cuestión de salud pública y recomendó la medición del perímetro de cintura más que el cálculo del índice de masa corporal como herramienta fundamental en el diagnóstico del riesgo cardiometabólico". Dentro de la misma sesión el Profesor Luc Van Gaal, del departamento de endocrinología, metabolismo y nutrición clínica de Hospital Antwerp (Bélgica), centró su ponencia en la utilidad clínica de una nueva línea terapéutica basada en el bloqueo de los receptores denominados endocannabinoides CB1.
"Estos receptores se encuentran repartidos en distintos órganos (tejido adiposo, hígado, músculo, cerebro y tracto gastrointestinal) formando el sistema endocannabinoide y se ha demostrado que juegan un papel importante en los procesos metabólicos de nuestro organismo", comentó. El Dr. Van Gaal afirma que "recientes estudios han demostrado que el bloqueo de estos receptores, acompañado de cambios en el estilo de vida, disminuyen la grasa abdominal mejorando los factores de riesgo cardiometabólico asociados".
Los farmacéuticos nos medirán la cintura

Si bien el médico y el personal de enfermería son esenciales en la promoción de hábitos cardiosaludables y la prevención de estos riesgos, el consejo que el paciente recibe en las oficinas de farmacia debe encaminarse en el mismo sentido.
En esta línea, la Sociedad Española de Hipertensión y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) han firmado un acuerdo de colaboración que tiene como objetivo hacer hincapié, a través de las oficinas de farmacia, en la importancia de la prevención y el tratamiento de las personas que tienen un alto riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares, según anunció Dª Carmen Megía, representante del Consejo General del Colegio Oficial de Farmacéuticos durante su intervención en la 3ª Reunión de Farmacéuticos celebrada dentro de la XII Reunión Nacional de la SEH-LELHA.
Uno de los proyectos que se va a poner en funcionamiento en próximas fechas es un estudio piloto que, por primera vez en nuestro país, persigue sensibilizar al farmacéutico sobre el importante papel que debe tener en la detección de la obesidad abdominal. De este estudio se obtendrá información acerca del "número de personas que acude a las farmacias y padece esta enfermedad y, entre ellos, los que aún no lo han consultado con su médico por esta razón", destaco la doctora Carmen Suárez, vicepresidenta de la SEH-LELHA.Para ello, en próximas semanas los farmacéuticos medirán, durante una semana y de forma aleatoria, el perímetro abdominal a una amplia muestra de personas que acudan a las oficinas.
Al mismo tiempo, se realizará una encuesta muy sencilla con el fin de conocer si durante el último año han tenido alguna revisión médica encaminada a prevenir la enfermedad cardiovascular, así como a detectar la importancia que puede tener la zona del cuerpo donde se acumula la grasa.
Fuente: SaludTerra.es