jueves, agosto 10, 2006

TRASTORNOS ALIMENTARIOS

Los trastornos relacionados con la alimentación como la anorexia nerviosa y la bulimia pueden poner en peligro el bienestar psicológico, la salud física y, en ocasiones, incluso la vida. En todos estos casos, los afectados se preocupan en exceso por la comida, tienen una imagen distorsionada de su cuerpo y sus conductas alimentarias están fuera de control.

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La anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa es un trastorno que puede hacer peligrar la vida del paciente y que consiste en ayunar voluntariamente y rechazar los alimentos necesarios para mantener un peso adecuado en función de la altura. Aunque los pacientes anoréxicos tienen apetito, acaban perdiéndolo a fuerza de controlar de forma muy rígida su alimentación movidos por su miedo obsesivo a ganar peso. Más del 90% de las personas afectadas son mujeres y se estima que la frecuencia de la anorexia es de entre 0,5 y 3,7% (1). Los anoréxicos suelen ser personas de clase acomodada, perfeccionistas y que consiguen lo que quieren en la vida. También presentan rasgos depresivos, una personalidad introvertida y un carácter reservado a la hora de expresar sus sentimientos. La estricta dieta que se imponen les proporciona una falsa sensación de control y suelen inventar rituales extraños en relación con la comida, negándose a comer en presencia de otras personas. Los pacientes sufren una pérdida de peso anormal del 15% o más de su peso corporal. Algunos de los síntomas físicos del ayuno son las uñas y el cabello quebradizos, la piel seca, la sensación de frío continuo y, en mujeres, los trastornos de la menstruación.

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La bulimia nerviosa

La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario más generalizado, ya que es de dos a tres veces más frecuente que la anorexia. Los pacientes con bulimia nerviosa suelen consumir grandes cantidades de comida (hasta 5000 Kilocalorías) y, posteriormente, se deshacen del exceso de calorías vomitando y abusando de laxantes o diuréticos. Esta conducta de “exceso y purga” a menudo pasa desapercibida ya que los afectados comen con normalidad cuando están en público, y, así, el trastorno se mantiene en secreto. Las señales físicas incluyen la erosión del esmalte dental causado por la acidez del vómito, la cara hinchada debido a la inflamación de las glándulas salivares, y cicatrices y marcas en los dedos provocadas por la autoinducción al vómito y la deshidratación.

Buscando la causa

El comienzo de los trastornos alimentarios suele venir asociado a algún acontecimiento impactante como un cambio de colegio, a la falta de independencia, o a un ambiente familiar problemático. Las mujeres deportistas son, por lo general, más vulnerables a estos trastornos que el resto de la población, especialmente aquellas que practican deportes en los que un peso reducido y unos niveles bajos de grasa se consideran una ventaja, como por ejemplo, la gimnasia, el ballet y las carreras de fondo.Los trastornos relacionados con la alimentación son fundamentalmente psicológicos. Estas personas experimentan con dietas de todo tipo para controlar su peso, y se ha sugerido que el hacer regímenes de adelgazamiento puede ser una de las causas. Actualmente se admite que las dietas son un rasgo del trastorno, pero no el origen. Algunos estudios muestran que puede existir un factor genético en el desarrollo tanto de la anorexia como de la bulimia (2). Los científicos que investigan a este respecto estudian varios genes que pueden interactuar con el medio ambiente y otros factores, y aumentar así la propensión a sufrir estos trastornos. Es posible que también estén implicados los desequilibrios bioquímicos de los neurotransmisores cerebrales, que controlan el apetito, los estados anímicos y los hábitos de sueño. El diagnóstico precoz es esencial y el tratamiento incluye un plan exhaustivo de cuidados médicos, terapias psicosociales, asesoramiento nutricional y, a veces, la administración de fármacos. El principal objetivo del tratamiento es conseguir que, gradualmente y poco a poco, se normalice el comportamiento alimentario del paciente, que recupere su peso normal y que adquiera una sensación de control y una mayor autoestima. A pesar de la complejidad de estos trastornos, las personas que los sufren tienen muchas posibilidades de recuperarse completamente, especialmente si la enfermedad se detecta pronto.

Referencias

1. National Institute of Mental Health (2001) Eating disorders: Facts about Eating Disorders and the Search for Solutions. NIH Publication No. 01-4901
2. Strober M, Freeman R, Lampert C, Diamond J, Kaye W. (2000). Controlled family study of anorexia nervosa and bulimia nervosa: evidence of shared transmission of partial syndromes. Amer J. Psych. 157(3): 393-401.

Fuente: FoodToday.com
Link: http://www.eufic.org/web/article.asp?cust=1&lng=es&sid=5&did=25&artid=158

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