miércoles, mayo 23, 2007

AGUA: FUENTE DE SALUD

Agua y vida



El agua o H2O es una combinación de hidrógeno y oxígeno y es la base de los líquidos corporales. Además, el agua es el compuesto químico más importante para la existencia de la vida en nuestro planeta y, por tanto, esencial en la nutrición de plantas y animales de todo tipo.

Asimismo, el cuerpo humano está compuesto en aproximadamente el 70 por ciento por agua (porcentaje que varía según la edad de la persona y el estado de salud en que se encuentre) y sin ella los seres humanos moriríamos en pocos días. En las personas adultas, entre el 60 y el 65 por ciento de su composición corporal está formada por agua, porcentaje que aumenta en personas de menor edad. Un niño, puede alcanzar hasta un 80 por ciento de agua en su constitución corpórea.

Todas las células y funciones orgánicas del ser humano dependen del agua para su correcto funcionamiento. El agua es la base para la saliva y los líquidos que rodean las articulaciones. Además, el agua regula la temperatura corporal, mientras que el frío y el calor son regulados a través de la sudoración. Otra de las funciones del agua es ayudar a aliviar el estreñimiento al movilizar el alimento a través del tracto intestinal, facilitando así la eliminación de los residuos. En todos los seres vivos el agua es de gran importancia ya que su pérdida o ausencia puede ocasionar trastornos de salud muy serios.

Deshidratación: un problema grave


En todos los seres vivos el agua es de importancia vital ya que su pérdida o ausencia puede ocasionar problemas y/o trastornos muy serios. Si no se consume diariamente la cantidad de agua requerida, se presenta un desequilibrio en los líquidos corporales, lo que puede ocasionar una deshidratación que podría llegar a ser mortal.


Se produce la deshidratación cuando el cuerpo no tiene la cantidad de agua y líquidos que necesita para su correcto funcionamiento. Esta deshidratación puede ser causada por la pérdida excesiva de líquidos, por el consumo insuficiente de agua o por una combinación de ambas situaciones. De entre las causas más comunes de deshidratación destacan el vómito y la diarrea.Los bebes, los niños, los ancianos y las personas con una enfermedad son los grupos de población que están en mayor riesgo de sufrir deshidratación.

En el caso de los bebés y los niños, decir que son más susceptibles a la deshidratación que los adultos debido a su peso corporal pequeño y altas tasas de metabolismo para el agua y los electrolitos.La deshidratación se puede clasificar en leve, moderada o severa en relación al porcentaje de pérdida de peso corporal. En el caso de la deshidratación severa hay que tener en cuenta que es una situación de emergencia potencialmente mortal y que se debe acudir al médico ante los primeros síntomas.

Recomendaciones saludables

El agua no aporta calorías al organismo excepto en los casos en que esté acompañada de azúcares u otros componentes.


Se recomienda tomar de seis a ocho vasos de agua de ocho onzas (240 ml), o la mitad del peso corporal en onzas diariamente. Por ejemplo, si una persona pesa aproximadamente 70 kilos (140 libras), necesitará ingerir 70 onzas (2 litros) de agua, ya que la leche, los zumos o la sopa no pueden sustituirse por la cantidad requerida de agua.

Las bebidas con cafeína y alcohólicas (debido a su efecto diurético) no son, en ningún caso, sustitutos apropiados del agua propiamente dicha.

Es recomendable consumir mucho líquido todos los días y en especial cuando el clima es cálido o se está realizando ejercicio físico. Para conseguir ingerir diariamente la cantidad de agua necesaria para nuestro cuerpo se recomienda tener siempre a mano una botella con agua y beberla a intervalos regulares.

Es importante vigilar cuidadosamente a alguien que esté enfermo, especialmente un bebé, un niño o una persona de edad avanzada y, en caso de sospechar de un proceso de deshidratación, se debe buscar asistencia médica antes de que la persona desarrolle una deshidratación moderada o severa.

Asimismo, se debe iniciar el reemplazo de líquidos tan pronto como comience a presentarse el vómito y la diarrea y NO esperar a que aparezcan los signos de deshidratación. En el caso concreto de las personas enfermas, siempre se debe animar a la persona a consumir líquidos y no olvidar que las necesidades de líquidos son mayores cuando la persona tiene fiebre, vómitos o diarrea. Los signos más fáciles de vigilar son el gasto urinario (debe haber pañales húmedos o idas al baño frecuentes), saliva en la boca y lágrimas al llorar.

Fuente: Instituto Tomás Pascual
http://www.institutotomaspascual.es/vidasana/contenidos/Agua/Agua.asp

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